Sobre el silencio no hay silencio. Incluso algún filósofo (pobres, así somos) ha intentado esbozar su historia conceptual. Os dejo algunos apuntes de las reflexiones de Manuel García Morente que no tienen desperdicio:
Prehistoria: El silencio no existe. Nadie lo ha oído aún. Los hombres huyen del silencio. Para ellos la realidad, la vida es el ruido, el grito.
Primera edad: El hombre descubre el silencio. Pero lo descubre en sí mismo, en el acto humano de callar. (...) Esta primera forma en que el silencio se hace patente pordría muy bien simbolizarse en aquellos magníficos versos con que Virgilio describe las naves de los griegos , buscando durante la noche una arribada segura: tacitae per amica silentia lunae (Eneida, II, 255). ¡Los silencios amistosos de la callada luna! (...) El silencio no existe por sí mismo; existe en alguien -en este caso la luna personificada- que calla y reprime todo ruido para favorecer la empresa de los griegos.
Segunda edad: (El Quijote, capítulo XVI de la primera parte.) "Toda la venta -dice Cervantes- estaba en silencio, y en toda ella no había otra luz que la que daba una lámpara que, colgada en medio del portal, ardía. Esta maravillosa quietud y los pensamientos...". Aquí tenemos ya el silencio en la plenitud de su ser propio. Este silencio total, esta "maravillosa quietud", no es ya un estado adjetivo de alguien, persona o cosa personificada, sino absolutamente, íntegramente silencio. (...) No ha necesitado ser provocado por nadie. (...) Para Cervantes lo que realmente hay es un silencio, un silencio cósmico, infinito, de cuyo fondo "maravilloso" emerge la gritería de la locura humana.
Tercera edad: Beethoven coloca al silencio y al sonido en un mismo plano de existencia. (...) el sonido y el silencio, más hermanos que enemigos, alternan sus apariciones en sucesión casi amistosa. A partir de Beethoven, el silencio tiene ya asegurada su existencia.
Publicado en El Sol, 26 de enero de 1936
Prehistoria: El silencio no existe. Nadie lo ha oído aún. Los hombres huyen del silencio. Para ellos la realidad, la vida es el ruido, el grito.
Primera edad: El hombre descubre el silencio. Pero lo descubre en sí mismo, en el acto humano de callar. (...) Esta primera forma en que el silencio se hace patente pordría muy bien simbolizarse en aquellos magníficos versos con que Virgilio describe las naves de los griegos , buscando durante la noche una arribada segura: tacitae per amica silentia lunae (Eneida, II, 255). ¡Los silencios amistosos de la callada luna! (...) El silencio no existe por sí mismo; existe en alguien -en este caso la luna personificada- que calla y reprime todo ruido para favorecer la empresa de los griegos.
Segunda edad: (El Quijote, capítulo XVI de la primera parte.) "Toda la venta -dice Cervantes- estaba en silencio, y en toda ella no había otra luz que la que daba una lámpara que, colgada en medio del portal, ardía. Esta maravillosa quietud y los pensamientos...". Aquí tenemos ya el silencio en la plenitud de su ser propio. Este silencio total, esta "maravillosa quietud", no es ya un estado adjetivo de alguien, persona o cosa personificada, sino absolutamente, íntegramente silencio. (...) No ha necesitado ser provocado por nadie. (...) Para Cervantes lo que realmente hay es un silencio, un silencio cósmico, infinito, de cuyo fondo "maravilloso" emerge la gritería de la locura humana.
Tercera edad: Beethoven coloca al silencio y al sonido en un mismo plano de existencia. (...) el sonido y el silencio, más hermanos que enemigos, alternan sus apariciones en sucesión casi amistosa. A partir de Beethoven, el silencio tiene ya asegurada su existencia.
Publicado en El Sol, 26 de enero de 1936
7 comentarios:
Bien por la chestertoniana paradoja del arranque. Y muchas gracias por García Morente, siempre oportuno.
¿chestertoniana? Estoy descubriendo a García Morente, me alegra que lo tengas en buena consideración.
"El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los ruidos"
MILES DAVIS
AnaCó, la paradoja con la empieza tu texto tiene, sí, cierto sabor chestertoniano, dicho sea con ánimo de elogiar.
Y G.M. me interesó por converso (su narración de los hechos en El ídem extraordinario es muy bonita. También leí con aprovechamiento su Introducción a la Filosofía. Su breve historia del silencio me ha gustado mucho, sobre todo la cita de Virgilio. Gracias de nuevo.
Gracias a ti, pensé que quizá Chesterton también había hablado sobre el silencio, pero veo que los tiros iban con otro ánimo, que te agradezco.
Quien habla del silencio con la misma paradoja, ahora que caigo, es Wislawa Szymborska, que dice más o menos [cito de memoria [mala]]:
"Si digo "silencio" lo destruyo"
De Morente sólo he leido "Lecciones preliminares de filosofía", y está muy bien para lograr una idea coherente y clara de la historia de la filosofía. Muy útil para humanistas introducidas en los mundos filosóficos.
Publicar un comentario