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martes, 13 de noviembre de 2007

En zapatillas

Hay aforismos de andar por casa, que no me resisto a sacar de paseo. Como éste que me ha hecho mucha gracia:
"La vejez es la revancha de las feas"

martes, 13 de marzo de 2007

Martes 13

La superstición aconseja en este día: "ni te cases ni te embarques" y yo, por llevar la contra, voy y me embarco en el segundo capítulo de la tesina. Entre otras cosas, tendré que leer los ensayos de Georg Simmel sobre la cultura, que resulta bastante más apetecible que andar pensando sobre la muerte, la verdad. Me habría venido fenomenal, empezar hace dos semanas con estas lecturas porque habría podido celebrar el día de la mujer con un comentario al ensayo de Simmel -tan polémico como brillante- acerca de la Cultura Femenina. Baste un apunte para abrir el fuego.
Hablando acerca de que el alma femenina es más unitaria que la del varón dice Simmel:
"Este modo unitario de la mujer explica asimismo el segundo rasgo que queríamos citar. Es éste la gran suceptibilidad de las mujeres, que se sienten ofendidas más pronto y más fácilmente que los hombres. No porque los elementos o estructura de su alma sean más débiles o tiernos, sino porque la insuficiente diferenciación, la unidad compacta de la naturaleza femenina no le permite, por decirlo así, localizar un ataque. Y así resulta que la agresión a un punto determinado invade bien pronto toda la personalidad y, naturalmente, llega a herir otros puntos del alma muy sensibles y dolorosos."
Este pensador alemán de principios de siglo, sorprende por su capacidad de ver el signo positivo de lo que habitualmente se identificaba como carencias femeninas. Falta de objetividad o susceptibilidad equivale en Simmel a mayor capacidad para la visión de conjunto, integridad y unidad de la persona en sus diversos ámbito de acción. La mirada femenina es una mirada capaz de humanizar, siempre que se mantenga fiel a su identidad. (Hay igualdades que no favorecen, porque la igualan a algo distinto de ella misma en lugar de darle un espacio para que desarrolle lo propio de la feminidad. ¡Craso error de algunos feminismos exacerbados!)

Estas reflexiones de Simmel, me recordaban esas palabras agradecidas de Juan Pablo II en la Carta a las Mujeres (que también es no sólo apta, sino recomendable lectura para varones...) de 1995:
"Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del « misterio », a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad."
Así que por ser martes trece, voy y me embarco en semejante berenjenal, y aprovecho de paso para felicitar a las lectoras de este blogg por el día de la mujer. Es decir, cada día.


¡Feliz Navidad!