Mostrando entradas con la etiqueta Sevillanía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sevillanía. Mostrar todas las entradas

domingo, 22 de marzo de 2009

Fútbol

Ya. Nunca hablo de fútbol, ni aquí ni en ninguna parte. Pero, claro, hay veces que la vorágine se la lleva a una por delante. El Sevilla ha subido al tercer lugar de la Liga, el Osasuna hoy se las juega con el Espanyol. Hay que vivir en Pamplona para saber la que se ha montado con la afición rojilla y su "yo no bajo". Así que yo por ahora celebro el ascenso de mi equipo, y apoyo también al Osasuna. Más vale que no baje, que luego a ver quién aguanta el mal café del Reyno de Navarra.


lunes, 12 de mayo de 2008

jueves, 8 de mayo de 2008

domingo, 16 de marzo de 2008

Domingo de Ramos

“Domingo de Ramos, el que no estrena, se le caen las manos”.
Estreno nueva pena esta mañana
vestida de morado nazareno,
mi alma se recoge -sevillana-
prepara su estación de amor sereno.

Se mece con La Paz el firmamento,
dibuja en él la Estrella su figura,
camina por las nubes un jumento,
saetas dan consuelo a La Amargura.

Palpita entre las manos un rosario
cofrade, sevillano y trianero.
Los ojos que se van tras tu sudario,

proclaman La Pasión al mundo entero:
los pasos de dolor y amor ferviente,
las calles de Sevilla penitente.

viernes, 2 de noviembre de 2007

De recitales, plagios y otras prácticas poéticas

Hay que ser remilgada para llevarse bajo el brazo a la Ajmátova en un viaje a Sevilla. Como contrapartida me encontré allí con la inmensa sorpresa de que recitaban (aunque no les guste -E.G.M. dixit) Enrique García-Maíquez y Amalia Bautista. Así que a la poesía que de por sí rezuma Sevilla se sumaron ellos y Anna Ajmátova con unos versos que no dejan de darme vueltas. Y ya que otros poetas escriben versos para que yo los haga míos, aquí los dejo por si alguien más se quiere sumar a este plagio tan justificado.

En un sueño

Esta negra separación inacabable
la sobrellevo igual que tú.
¿Por qué lloras? Mejor dame la mano,
prométeme venir a visitarme en un sueño.
Somos tú y yo como dos montañas...
No nos encontraremos, tú y yo, en este mundo.
Sólo si me enviaras, al filo de la medianoche,
un saludo con una estrella.

* * *

Otra canción

Cómo resplandecía y cantaba
el milagro de nuestro encuentro,
yo no quería desde allí
volver a ninguna parte.
La dicha en vez del deber
era mi amarga delicia.
Nadie me pedía que hablara
y hablé largamente.
Que la pasión ahogue a los amantes,
que exigen respuesta,
tú y yo amor sólo somos
almas en los márgenes del mundo.

* * *

No, no sabemos despedirnos.
Hombro con hombro, seguimos caminando.
Ya empieza a caer la noche.
Yo, silenciosa; tú, pensativo.
Entramos en la iglesia, vemos
bodas, funerales, bautizos.
Sin mirarnos, salimos: ¿por qué
somos tan distintos de los otros?

O nos sentamos sobre la nieve pisada,
en el cementerio, y suspiramos dulcemente.
Con un palito dibujas palacios
sonde estaremos juntos siempre.

* * *

En vez de dedicatoria

Con las olas vago y me oculto en el bosque,
en el puro esmalte del cielo aparezco,
la separación podré soportarla,
pero el encuentro contigo, apenas.


* * *

En vez de epílogo

Y allí donde los sueños se forman,
no hubo suficientes para ambos;
veíamos uno sólo, pero tan poderoso
como la primavera cuando llega.


Anna Ajmátova y Marina Tsvetáieva, El canto y ola ceniza. Antología poética. Galaxia Gutemberg, 2005. Selección y traducción: Mónica Zgustova y Olvido García Valdés.

lunes, 29 de octubre de 2007

Haikus de otoño

Sauce de otoño.
Sus hojas como lágrimas
de miel y almíbar.

Cara de luna:
Con su perfil de ámbar
su pena oculta.

La luna llena
imita a un corazón,
late en el río.

Familias imperfectas

  A menudo, cuando se habla de la familia, se presenta un modelo ideal. Y está muy bien manejar arquetipos, historias y ejemplos dignos de i...