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sábado, 23 de abril de 2011

Desempolvar los baúles

Hace tiempo que no escribo nada que no tenga que ver con mi tesis. Tesón y tesis deben venir de la misma familia léxica, y el tedio será un primo lejano que frecuenta el trato con la familia, seguro. Echo en falta la poesía. Quisiera escribir un poema, o al menos leerlo saboreando, lentamente sus versos. Los poemas que leo, a toda prisa, son como una aspirina efervescente, un analgésico rápido. Creo que necesito un tratamiento más detenido. He encontrado un soneto que escribí hace unos cuantos meses. Hoy lo releeo y lo entiendo de otra manera, quizá porque es Sábado Santo, el día de la espera por excelencia, el día más largo del año. Quizá por eso, o por algo más.

Tu tiempo el tiempo que te ha sido dado
el mínimo minuto, el largo año
que cuentas como el oro del tacaño
se fuga hacia un final desdibujado.

Se escapa tu destino sopesado,
no logras detenerte en el peldaño
feliz de aquellas horas, el engaño
de tu memoria se ancla en el pasado,

pero las horas mueren sin excusa
y la ilusión se aleja y la inconclusa
historia de tu vida se resbala

por la pendiente oscura de la tarde.
El tiempo que te hiere es una bala
de fuego que se apaga mientras arde.

martes, 26 de octubre de 2010

Memoria del Paraíso



La primera entrada de este blog empezó a flotar en la red el 29 de mayo de 2006. Entonces no sabía muy bien en qué acabaría esta aventura de lanzar escritos al vacío virtual. He tenido la suerte de que hubo un efecto boomerang y, como dice J.A. González Romano, mucha gente allá afuera dio señales de vida. Tuve grandes compañeros de camino desde el principio: Enrique García-Máiquez, Jesús Beades, Rocío Arana, Inma Rodríguez Moranta, José Manuel Mora Fandos, Carlos Rodríguez Morales; y otros que se me quedan en el tintero, pero que los tengo presentes con gran admiración y gratitud. En esos primeros meses estos blogs formaron un auténtico patio de vecinos; y nos lo pasábamos en grande comentando aquí y allí las ocurrencias de unos y otros. Algunos se quedaron en el limbo del blog parado, otros desaparecieron para reaparecer después, luego cada uno tomó su rumbo.

Mi camino me llevó a la poesía, a leer e interesarme por ella, e incluso a atreverme a escribir algún poema. De esas tentativas, palos de ciego llenos de ilusión, que aquí llevaban la etiqueta de "aprendiz de poeta" fueron saliendo versos, poemas y algún premio literario (el susto de que esto podía ir en serio me lo llevé en 2008, cuando quedé finalista del premio Adonáis de poesía y de la primera edición del premio ECOEM.)

Finalmente, dentro de un par de semanas, gracias al apoyo de Javier Sánchez Menéndez, mi editor; saldrá a las librerías mi primer libro de poemas: Memoria del paraíso, dentro de la colección Isla de Siltolá. Os adelanto algo que he escrito en la página de agradecimientos del poemario:
"Muchas gracias a los lectores, anónimos y con nombre propio, de Ráfaga de Letras."
Por dar señales de vida. Y como dicen los toreros (y Aute en su Mano a Mano), que Dios reparta suerte y va por ustedes.

A modo de epílogo: Sólo me queda deciros que, a pesar de lo que digo con cierta ironía en uno de mis poemas,
Bien dijo aquel filósofo ateniense:
habría que expulsar a los poetas.
Nosotros somos hoy más tolerantes,
pragmáticos también y ya nos vale
con no comprar sus libros e ignorarles.

¡no os lo toméis al pie de la letra! Y para el que siga este interesadísimo consejo, muchas gracias por darle a Memoria del Paraíso un lugar en vuestra mesilla.

viernes, 11 de junio de 2010

Rescate

El cielo es hoy una nube plomiza
compacta y ancha sobre el horizonte.
Pero, recuerdo el cielo como era:
azul, besando al mar
y un sol que no deslumbra, y la brisa
llevándose la arena de la playa
como a una enamorada de la mano.
El alma también tiene sus galernas,
sus días grises y sus marejadas.
No lejos de la costa flota un ángel
que salva del naufragio a quien lo mira.
Su rostro son cien rostros, quince,uno.
El número es del todo indiferente,
su gesto pone a salvo a quien lo mira:
el ángel que sonríe a los ahogados.

jueves, 11 de febrero de 2010

Nevada

Esta mañana quedaba algo de nieve en las aceras. Los coches llevaban todos un abrigo blanco y las niñas jugaban a ser malabaristas del circo de los tacones. Cuando bajaba a la universidad, el sol lucía radiante sobre el campus nevado. Al poco tiempo el cielo se cubrió de nubes y, salvo pequeños intervalos, no ha parado de nevar. Como no he podido sacar el coche, ni subir andando con mis zapatitos de ante (¡quién me manda...?), me he quedado en la biblioteca trabajando en la tesis y algo más. Los resultados: dos folios de tesis y just a little attempt...


Me parece que mientras cae la nieve
se atascan los relojes, muere el tiempo.
Los copos, en un baile a contratiempo,
se trenzan con el aire que los mueve.

Parece que la tierra, cuando llueve,
rejuvenece y juega al pasatiempo
de darle a los colores de entretiempo
un toque de esplendor, un beso leve

que llena de fulgores sus mejillas.
Como un ladrón nocturno de puntillas
irrumpirá un buen día la primavera,

pero el invierno todavía se esmera
en revestir de blanco las mañanas,
y en ocultarme el sol, la luz, las ganas.

lunes, 11 de enero de 2010

Después


Ya la nieve se derrite.
Queda el lodo y los reflejos
-intermitentes y lánguidos-
de otra noche en que mi calle
era una bufanda blanca
que acariciaba la luna
y a través de los cristales
me abrigaba con su luz.

domingo, 4 de octubre de 2009

Patio de costumbre


Temprano, aunque domingo. Parecía que habían lustrado el cielo hasta dejarlo de un azul brillante –muy impropio para octubre. El patio de vecinos, que no suele ofrecerse al ventaneo, se volvió indiscreto esta mañana. Los gritos destemplados de la madre del 3º retumbaban y chocaban con las notas suaves y alargadas de una marimba. Tan ancestrales como los gritos, las notas primitivas se expandían con su rítmico letargo. El humo de un cigarrillo que subía lento desde la ventana del 1º, daba el toque final al pequeño teatro de la vida, de un domingo azul sobre un patio, de costumbre, gris.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Versos sueltos


Poeta menor


Que mis versos no sean casi nada

lo agradecerán un día los niños,
que serán entonces,
los críticos
de turno.
Se ocuparán únicamente
de la obra
de poetas mayores.

Nadie, fuera de mí, tendrá la ingrata
tarea de enfrentarse a este castillo
de sueños y papeles en desorden.

martes, 7 de julio de 2009

¡Viva San Fermín!

Salió esta mañana el santo,
coreado, de San Lorenzo;
parecía un poco tenso
con gesto casi de espanto.
¡Venga, hombre, no es pa'tanto!
le gritaba un borrachín
y el bueno de San Fermín
llamó al mozo por su nombre:
¡recuerda que eres un hombre!
y no un saco de serrín.

martes, 24 de febrero de 2009

Ceguera

Los días han volado como el polvo
que quise sacudir de mis zapatos.
La lluvia forma un barro impenetrable
avanzo paso a paso y no distingo
las huellas de otros pies en el sendero.
La luz se vuelve tenue y no atardece,
apenas reconozco ya mis manos.

--under construction--

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Diálogos

No sé qué me conmueve más:
lo que sabes de mí porque ya te lo he dicho
o lo que sabes porque no te lo digo.

jueves, 9 de octubre de 2008

Hallazgos

Hace algún tiempo
encontré un lugar.

Algunos le llamaron Paraíso.----------------------
Yo quise un nombre más familiar:
casa, factura, colegio
árbol, octubre,
cielo plomizo.

Nombres distintos que retratan lo mismo:
Este lugar cotidiano
del tiempo poblado,
----------------------contigo.

viernes, 14 de marzo de 2008

Cayó de entre tus dedos,
una tarde azul de invierno.
Y roto como estaba,
seguía palpitando...

viernes, 7 de marzo de 2008

Distancia

(--en construcción--)

Sigo en mis conversaciones
y me dirijo, ya ves,
a las otras voces que responden,
no a la tuya, silenciosa,
aunque sepa que vibra a mi lado, sin que se note.

Si paso y reconozco tu letra en los papeles
finjo seguir, como si no me hubiera enterado.
Y cuando escucho en un pasillo
las últimas noticias de lo que te ha pasado,
----------------------------------------------me vuelvo
hacia la ventana y finjo estar mirando este paisaje
azul y no aquel otro, traslúcido y latente
que pinto en mis adentros
y recorro una vez más,
--------------------------------------------de tu mano.

No me es fácil sobrellevar tu presencia,
estatuaria y fría,
como un monumento del pasado.
Que también disimules y niegues haber dicho
nada,
si se escapa sin querer un ¡hasta cuándo!

Y vuelvas a tu paisaje azul,
a las otras voces,
mientras recorres por dentro lo vivido,
una y mil veces, como hago yo
--------------------------------------------contigo.

viernes, 29 de febrero de 2008

29 de febrero

De haber nacido un día como éste

bastarían los dedos de ambas manos

para contarlos -sin que me moleste-

el número que suman ya mis años.


Que puestos a elegir cualquier rareza,

a presumir de un rasgo extraordinario,

incluso como elogio a la pereza,

o insulto disfrazado al calendario,


me sirve de coartada y de supuesto

haber nacido en un año bisiesto.

La edad refrena un poco su marcada


manía por volvernos a la nada.

Y alarga aunque se pase como el viento,

la vida del apátrida del tiempo.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Volver

...a la brisa del mar mientras arden
los reflejos del sol en las olas.
A las casas blancas y a la luz que ciega,
a la antigua nana que mecía el agua,
al vaivén de la espuma en la orilla,
a la tarde que parte serena.

...y volver nuevamente a tus ojos,
ese cálido espejo del mundo.

lunes, 25 de febrero de 2008

Evocatio

¿Recuerdas todavía aquella noche?
Orión nos vigilaba atentamente.
Tendido sobre el cielo, Sagitario,
tensaba como un arco la mirada.
Su flecha señalaba el punto exacto:
aquella esquina rústica en la Tierra,
allí donde el cariño de tan puro
forjó como un relámpago su abrazo.

Robamos esa noche, sin saberlo,
su mágico esplendor a la galaxia.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Esto me pasa por no cerrar el blog...

Es como querer dejar de fumar y comprar tabaco, andar ahorrando y salir de tiendas, empezar un régimen e irse de tapeo. Leo a mis vecinos en sus patios, en sus hogueras vecinas, me entra el mono y ¡zas!, vuelvo a delinquir. Y con un poema de invierno, como agravante...

Campanadas


Antes, tan de sí o de no,

tan de blanco o de negro,

tan los malos o los buenos,

tan en contra de mí, o conmigo,

tan desparramo o recojo,

tan infierno o paraíso.


Ahora, tan gris y desvaída,

tan gorrión de plaza solitaria,

tan madrugada y en vela,

tan rama desnuda entre ramas,

tan línea huérfana entre líneas,

tan metáfora gastada.


Son las doce -ese lugar-

del tiempo en latitud cero.

Y no salen a mi encuentro

ni las sombras del mediodía.


miércoles, 16 de enero de 2008

Escenas sobre el tiempo

I
Parece que tu sombra lleva siglos

rodeando con su luz todas mis sendas,
no logro recordar ningún camino
ajeno al ritmo igual de tus pisadas.
Quizá sea mi memoria
-------------------------algo confusa-
o acaso tu cariño que ha vencido
el paso decidido de la historia.

Yo apenas he notado la pelea,
del tiempo que se rinde a tu presencia.


II

Incluso los silencios de tu ausencia
me viven desde lejos,
--------------------hacia adentro.

III
Como naúfragos

---------------en un reloj de arena,
remamos para andar corriente arriba
en busca de la orilla de las nubes.

IV
---------Un fuerte viento arrastra los relojes.

La luna nos ofrece un puerto blanco
de fondo para anclar sus manecillas.


martes, 8 de enero de 2008

Ortodoxia

Me busco excusas muy malas para mi proverbial impuntualidad. Si llego una hora más tarde, es que voy con Canarias. Si llego dos semanas más tarde es por pura ortodoxia, que celebraban la navidad ayer, cuando las prisas latinas nos empujan hasta la puerta de salida para despedir hasta al último pastor de nuestros belenes.
Este año que tengo muy buenas excusas no voy a esgrimir ninguna. No he escrito ni un mal tarjetón, ni un mail, ni tan siquiera un humilde sms para felicitar la navidad y el nuevo año. Pero no miento si digo que he llevado a mis amigos/as en el corazón durante las fiestas. Y queda bien decirlo pero muy mal hacerlo.
Mientras escribo estas líneas me río al recordar la reconvención de una conocida mía que murió después de una larga enfermedad. Cuando se encontraba con alguien que piadosamente le decía, que, aunque no había ido a visitarla, había rezado constantemente por ella, la otra le respondía -sin resentimento- que se lo agradecía infinitamente, pero que en adelante dejara de tratarla como si fuese ya un alma del purgatorio, y que apareciera por su casa de vez en cuando.
No sobra en todo caso desearos un buen año. Y por aquello de que el blogg y yo volvemos a la vida, aquí dejo un poema para estrenar el 2008.
Escatología
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¡Qué terca la vida siempre!,
no me cabe, por ello, duda alguna
que resucitaremos un buen día
¡por fin! tras tanta muerte sucesiva.
La vida sube terca como hiedra
incluso entre las rocas afiladas
del tedio, del sopor y la amargura.
Y eso que son pocos todavía
los años de pelea, pero bastan:
la vida se levanta siempre en punto,
a diario para ser otra vez muerte
subiendo por encima de las nubes,
de tumbas que ha cavado la tristeza.

Me he muerto tantas veces y me quedan
tantas muertes que pasar, nunca se gastan
las vidas que he escondido en el bolsillo.
La savia de la hiedra se renueva
constante y tercamente vuelve siempre
a darle nuevo aliento a aquellos cuerpos
que entierro siete veces cada día.
Me encuentro a cada paso por la calle
cadáveres que yo misma he matado,
con una puñalada y aún respiran
incluso aquellos muertos de la infancia,
jugando fuera de su sepultura.

Pero es terca la vida y sé seguro
que un día volveré a jugar con ellos.
Serán entonces muertos apacibles
igual que los cachorros de las fieras.

¡Feliz Navidad!