lunes, 18 de diciembre de 2006

Tiempo

En estos días es habitual escuchar a los padres, los amigos, los colegas y, me imagino que a los anuncios de la tv (que por obras en mi cuarto de estar no he visto desde noviembre); los tejes y manejes que se traen los reyes y su costumbre de hacer regalos en la fiesta de la Epifanía. Puestos a pensar, lo cierto es que se me ocurren algunos caprichos: una pluma bonita, una colección de videos de toros, un recopilatorio de Pink Floyd, un par de antologías de poesía, algún gadget para el ordenador, un reloj... pero no un reloj cualquiera; un reloj de arena.

Los relojes de ahora sólo señalan un instante, un número, o como diría Aristóteles, una medida según un antes y un después. En cambio los relojes de arena nos muestran algo más: que el tiempo es un contenedor, no sólo el trasncurrir de una medida, sino el incesante trasiego de las cosas que ocupan ese tiempo que es la vida nuestra. Cada grano de arena puede tener un nombre, una ocupación, un color. Quizá algo blanquecino como los huesos del tiempo muerto, o un rojo refulgente, el rastro de la pasión y la intensidad con que nos hemos empleado en aquello..., o un azul o un verde tranquilo y apacible que refleje nuestro ánimo sereno en las horas de agitación...y así.

Cada día el reloj dibujaría un cuadro distinto y podríamos contemplar nuestro dibujo vivido. Nunca se repetiría las doce del mediodía como en el viejo y útil reloj de pulsera. Sabríamos mejor que nada se repite. Pero eso, sólo es un capricho y además, los relojeros ya no fabrican relojes tan metafísicos. O quizá sea el deseo de recordar que el tiempo no es una continua fuga del aire, sino el sólido peso de cada día, pura gravedad.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

[...]
la selva tropical es de derecha
sí pero el canto de sus bellos pájaros
ha sido siempre una labor de izquierda
oh la naturaleza virginal
también ella debía abanderarse
el tiempo de Einstein fluye hacia la izquierda
así será pero el reloj de arena
es claramente de centro-derecha
y de extrema derecha la clepsidra
vindicamos el sueño como actitud de gauche
puede ser pero el sueño más hermoso
el de volar pertenece a la droite
qué ocurrencia soñar es puro centro
[...]
Sea de lo que sea, tu entrada es estupenda. Gracias.

Anónimo dijo...

¡Ahí va! Nunca se me habría ocurrido relacionarlo con una cuestión política. Gracias. Además me queda la duda: qué tendrá la clepsidra para que sea la imagen de la extrema derecha y el tiempo de einstein y los pájaros, y la selva...eso es contaminación del medio ambiente y lo demás, tontrías.

Enrique Baltanás dijo...

Tu entrada me ha convencido: ya sé lo que voy a pedir a los Reyes Magos este año.

E. G-Máiquez dijo...

Eso sólo es un fragmento de un poema de Futurologías del que irremediablemente me acordé al leer tu entrada. En el poema, Langlois se ríe justamente de esta manía de poner etiquetas políticas a todo, pero lo hace con mucha gracia porque detecta los tics ideológicos. Tal vez haya que leer el poema entero. En lo de la clepsidra algo tendrá que ver Borges, creo.

Corina Dávalos dijo...

No te preocupes, había detectado el guiño del poeta y está conseguido, eso sí lo de la clepsidra tendré que buscarlo porque me sigue picando la curiosidad. ¿Por qué Borges?

E. G-Máiquez dijo...

La relación con Borges es una intuición mía, pensando en que el argentino nombraba a menudo la clepsidra como uno de sus objetos favoritos. Por eso, como demuestra google, la asociación es ya casi automática. Aprovechando, pues, la clepsidra y que Borges tomó partido, es muy probable que Langlois esté haciendo un guiño borgiano. Aunque, por supuesto, la clepsidra en sí misma es tan antigua y tan misteriosa y tan elegante que no necesita de JLB para resultar refractaria al progresismo.

E. G-Máiquez dijo...

NOTA.- Vaya, cuando hice la entrada Borges salía en la primera página de google; ahora sale en la segunda. Parece que el buscador no está del todo de acuerdo con mi tesis de la clepsidra.

Corina Dávalos dijo...

Sea como sea, ya nos has regalado dos poemas de Borges y un concepto, y ante eso las opiniones de Google sobre tus tesis creo que nos van a dar igual. ¡Gracias!

¡Feliz Navidad!