sábado, 28 de junio de 2008

Creaciones


Siempre me ha extrañado lo difícil que resulta escribir sobre la plenitud. Será que estamos menos familiarizados con la vida colmada, y escribimos mejor sobre lo que conocemos más. A veces me asomo a los estantes de la biblioteca como un pecador irredento en busca de la salvación. Es una ingenuidad. Lo sé. Pero más de una vez he encontrado descanso, consuelo y horizontes amplios en los libros. De modo que, me reconozco ingenua, mas no del todo. Es muy probable que se haya escrito ya el libro que estoy deseando leer. Es menos probable que se haya inventado el modo de encontrarlo (subjetiva que es una...)

En todo caso, me parece curiosa la relación entre escritura y felicidad. No soy yo la primera ni la última que se ha fijado en esta pequeña paradoja. Es muy difícil escribir en la abundancia, encontrar metáforas adecuadas para la alegría. A veces pienso que el arte abstracto es lo que más de puede acercar a una representación de la plenitud. Un lienzo blanco, texturas, juegos de luz. Plenitud de luz diáfana que se extiende por todo el espacio del cuadro sin dejar una sola grieta...

No se puede retratar el sol de cerca. ¿Qué diferencia habría entre una estrella y una gran hoguera si no se acierta con la distancia justa que nos permita mirarlas en sus verdadera dimensión? A veces pasa lo mismo con la alegría. No se distinguen sus contornos. Cuando nos envuelve, sin dejar paso ni a la más mínima sombra de tristeza, ¿cómo decir, si decir es delimitar? Cuando llegan las sombras aparece el cuadro. Hay distinción. Nos apoyamos en las sombras para gustar de la vivacidad de la luz, para desearla, para intuir una claridad análoga que llegue a iluminar todos los pliegues del alma.
* * *

¿Se escribe porque se es feliz? ¿Se escribe para serlo? ¿Escribir es recordar o proyectar una plenitud ausente? En todo caso, eso, la ausencia de plenitud, el saber que falta mucho o poco para..., la presencia del deseo no cumplido es necesario para volcarse sobre un papel. La creación entonces es ambigua, nos colma saciándonos de ausencias, o nos permite poner en el mundo todo lo que echamos en falta.
(El cuadro es de Verónica Rubio)

3 comentarios:

megustaelarte.wordpress.com dijo...

¿has probado con la poesía?
creo que la poesía llega dónde no llega ninguna otra forma de expresión y precismanete por eso se escribe... porque el interior es tan fuerte y presiona tanto que hay que plasmarlo, expresarlo de alguna manera, ¿no crees?
megustaelarte.wordpress.com

Corina Dávalos dijo...

Créeme que lo creo. O lo creía, para ser más exactos. JRJ quería llegar a eso, la poesí pura. Él seguramente se acercó bastante, algunas veces. Yo ahora ando bastante escéptica con las palabras. Gracias por pasar por aquí y po el comentario!

Chus Freire Salinas dijo...

¿Crees realmente que es la poesía? ¿Qué me dices de la música, poesía hecha canción, que se pierde en el momento? Si supiera, compondría; como no sé, escribo. Mi blog ha vuelto a la carga después de dos meses de abandono.
Me encanta lo que has escrito.

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