Pensaba escribir. De verdad. Pero, cosas de la Providencia, el médico -tras examinarme la mano- extendió el brazo y con ademán de emperador romano me indicó la posición en la que debía mantenerme durante 15 días: pulgar abajo con la ayuda de una férula. Así que al menos estaré una semana más sin escribir por prescripción facultativa. Cuesta lo suyo abstenerse de bailar sobre el teclado. Me conformo con ir de vez en cuando a saltar sobre las teclas a la pata coja. Mientras tanto, sigo leyendo: Ricoeur, Dinesen, McCarthy, Green... Al menos cuando vuelva, tendré más cosas que contar. Como veis no ando mal acompañada...
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2 comentarios:
¡Ánimo con la férula, y no es un decir!
Casi seguro vas a quedar toda inmovilizada cuando te la saquen y quizás te desespere un poquito, pero si hacés la rehabilitación que te digan (y si no te dicen, PEDILA) volvés seguro, con el tiempito que haga falta.
(¿Sos de las mías? Yo tuve túnel carpiano gracias a la computadora, reviviendo la antigua enfermedad de costureras y pianistas...)
Lo mío fue por el baloncesto, creo que no trabajo tanto como para revivir esas ilustres enfermedades, jeje.;) Gracias por el consejo de la rehabilitación, lo tomo al pie de la letra.
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