martes, 13 de marzo de 2007

Martes 13

La superstición aconseja en este día: "ni te cases ni te embarques" y yo, por llevar la contra, voy y me embarco en el segundo capítulo de la tesina. Entre otras cosas, tendré que leer los ensayos de Georg Simmel sobre la cultura, que resulta bastante más apetecible que andar pensando sobre la muerte, la verdad. Me habría venido fenomenal, empezar hace dos semanas con estas lecturas porque habría podido celebrar el día de la mujer con un comentario al ensayo de Simmel -tan polémico como brillante- acerca de la Cultura Femenina. Baste un apunte para abrir el fuego.
Hablando acerca de que el alma femenina es más unitaria que la del varón dice Simmel:
"Este modo unitario de la mujer explica asimismo el segundo rasgo que queríamos citar. Es éste la gran suceptibilidad de las mujeres, que se sienten ofendidas más pronto y más fácilmente que los hombres. No porque los elementos o estructura de su alma sean más débiles o tiernos, sino porque la insuficiente diferenciación, la unidad compacta de la naturaleza femenina no le permite, por decirlo así, localizar un ataque. Y así resulta que la agresión a un punto determinado invade bien pronto toda la personalidad y, naturalmente, llega a herir otros puntos del alma muy sensibles y dolorosos."
Este pensador alemán de principios de siglo, sorprende por su capacidad de ver el signo positivo de lo que habitualmente se identificaba como carencias femeninas. Falta de objetividad o susceptibilidad equivale en Simmel a mayor capacidad para la visión de conjunto, integridad y unidad de la persona en sus diversos ámbito de acción. La mirada femenina es una mirada capaz de humanizar, siempre que se mantenga fiel a su identidad. (Hay igualdades que no favorecen, porque la igualan a algo distinto de ella misma en lugar de darle un espacio para que desarrolle lo propio de la feminidad. ¡Craso error de algunos feminismos exacerbados!)

Estas reflexiones de Simmel, me recordaban esas palabras agradecidas de Juan Pablo II en la Carta a las Mujeres (que también es no sólo apta, sino recomendable lectura para varones...) de 1995:
"Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del « misterio », a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad."
Así que por ser martes trece, voy y me embarco en semejante berenjenal, y aprovecho de paso para felicitar a las lectoras de este blogg por el día de la mujer. Es decir, cada día.


7 comentarios:

Inma dijo...

¡Qué estupendo, AnaCó! Me ha encantado la explicación de Simmel sobre la susceptibilidad femenina, me la guardo para cuando la necesite.
También estoy contigo en la crítica de los feminismos exacerbados, y con la cita de Juan Pablo II me han entrado unas ganas tremendas de tejer otra retahíla.

Jesús Beades dijo...

André Frossar veí en el lenguaje mítico del Génesis el origen de la diferencia entre los sexos... (Continua en mi blog, que es el vuestro).

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con su tesis: "Es éste la gran suceptibilidad de las mujeres, que se sienten ofendidas más pronto y más fácilmente que los hombres."
Pienso al contrario que los hombres son en general más suceptibles que las mujeres. ¿La razón? Porque son hombres....
Simmel cae en la trampa (pienso yo) de ver la suceptibilidad por los ojos de un hombre. Es decir, una mujer se puede poner brava por una razón que parece mesquina A UN HOMBRE. Los puntos debiles son diferentes, supongo, pero es más fácil ofender de verdad a un hombre me parece.
Pero no te ofendas por este comentario.
U.A.

Corina Dávalos dijo...

Quizá la reacción masculina de orgullo es más agresiva y por eso las ofensas hechas a un hombre tiene manifestaciones más explosivas, pero son también más superficiales. Más de una vez he visto con asombro a dos chicos darse una paliza o tener unas palabritas muy poco amables y en 15 minutos otra vez, como si nada. En una mujer la ofesa puntual se hace extensiva a toda su persona y pienso que Simmel tiene respecto a esto una intuición certera. Y no me ofendo ni -espero- ofendo al u.a. con la réplica.
Inma, ¡esperamos esa retahíla!

Anónimo dijo...

Discrepo con Simmel y contigo, querida Anacó. He conocido también a muchos hombres tremendamente susceptibles y poco objetivos.

Susceptible es el quisquilloso o picajoso, el que se ofende fácilmente. No creo que sea una virtud ni una cualidad femenina -como no lo es, por cierto, el cotilleo-.

Lo que sí tenemos las mujeres es la capacidad de vernos afectadas globalmente por los sentimientos, precisamente por esa unidad compacta de la que habla Simmel,y cuando el sentimiento es de susceptibilidad entonces se produce la situación que describe la cita que mencionas pero no siempre. Ahora bien, en ellos también se produce, aunque en forma de explosión aguda y pasajera.

¡Y conste que no lo digo en plan susceptible! ;-)

Corina Dávalos dijo...

Me encanta que objetes, quierida Batiscafo, porque así podemos aclarar matices. Ni Simmel ni yo defendemos la falta de objetividad o la susceptibilidad como virtudes, es una actitud molesta tanto en un hombre como en una mujer, como tú misma has dicho. Lo que me parece acertado es lo que Simmel señala como posible fundamento: la mayor unidad de la naturaleza femenina, que no es una carencia sino una tendencia que como todos los rasgos de temperamento -también los propios de cada sexo- deben ser corregidos y encauzados por las virudes formando el carácter. De modo que estoy de acuerdo contigo, el cotilleo, la picajosería y la susceptibilidad son faltas de madurez, de carácter y de eso padecen hombres y mujeres, por desgracia. Muchísimas gracias por tu comentario.

el desconocido dijo...

pienso que el señor simmel parece estar cayendo en una generalizacion. Pero bueno todos buscan tendencias en nuestros tiempos debido a que a la larga uno ve lo que quiere ver. De casualidad estaba buscando información y me llamó la atención este blog.

nada más, disculpen mi intromision si así he de llamarle

¡Feliz Navidad!