domingo, 11 de marzo de 2007

El nudo de la costura

Hoy pensaba llevaros a visitar un poema de Ernestina de Champourcin que me ha gustado a rabiar, pero al final he decidido dejarlo para otro día. ¿Por qué? Pues porque una tiene su corazoncito y me he dejado seducir por la inmediatez de la vida y un poema de Eloy Sánchez Rosillo. Apenas hace dos días que logré cerrar el primer capítulo de la tesina; muchos días más tarde de la fecha que marcaba mi escrupuloso calendario de producción. Así las cosas me encuentro con un poema que me saca una sonrisa y un rubor repentino. Quieto el poema en el libro, traspasa el tiempo y me deja con mis verdades al aire:

DICIEMBRE

Se acaba el año y casi nada hice
de lo que en este tiempo, vagamente,
me había propuesto hacer. Pero escribí
unos cuantos poemas.
--------------------------(Sé sincero
y di que lo demás no te importaba.)

(*)Las Cosas Como Fueron, Poesía Completa, 1974-2003, Eloy Sánchez Rosillo, Tusquets, 2004.

4 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Ese poema me consoló de un modo extraño, hace ya muchos años. Era un tiempo en que me sentía, más que nada, poeta, y de un modo muy intenso y continuo. Hoy día, soy sincero, y digo que lo demás sí que me importa.

E. G-Máiquez dijo...

Eso es. Un poema que en determinados momentos consuela como ninguno. Quizá refugiarse en él de vez en cuando sea toda una prueba de verdadera vocación poética, en plan Rilke. A mí me acompañó durante toda la travesía del desierto (las oposiciones) como una cantimplora.

Anónimo dijo...

Gracias por traernos este poema. Me consuela en esta etapa de una manera especial, pero estoy con Beades en que lo demás sí que importa.

En el fondo -en esa disyuntiva permanente entre el deseo y el deber- se esconde un anhelo de paraíso, el deseo de encontrar la piedra filosofal que convierta en feliz poema también lo "vagamente propuesto".

Yo le voy siguiendo la pista, con dudosos resultados, porque si no, ¿qué hago aquí leyendo blogs en horario laboral? Ejem.

Corina Dávalos dijo...

Desde luego, lo demás sí importa, pero en etapas de largo y monótono recorrido, como dice Enrique, es necesario tener una cantimplora para calmar la sed...y como dice el poeta Beades, hay etapas y gracias a Dios, todo cabe.

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