martes, 13 de junio de 2006

"Comienzos"

Tenemos en mi Universidad (de Navarra) un taller de travesuras literarias que cumplirá dos años al final de este curso. Este experimento que empezaron Julia Fdez-Tellechea, Jacin Luna y Jaime Nubiola, está dando ya frutos más que cuajados. Uno es el primogénito del Taller. Se le ha bautizado con el nombre de Comienzos porque eso es. Este ejemplar editado por EUNSA, lleva en sus entrañas los primeros pasos de doce escritores y un proyecto apasionante que nació, en palabras de Julia,
como un "ambicioso propósito de crear un espacio de alegre confianza donde todos aquellos que se sienten escritores puedan desarollar su talento literario. Porque crear espacio es otorgar tiempo, y tiempo es lo que necesita la escritura creativa para convertirse en tantas cosas: un placer, un oficio, un arte, una virtud, una conversación más allá de las voces."

Otro, son los éxitos que empiezan a cosechar los que ya no solo se sienten escritores, sino que empiezan a serlo cara a este mundo que gusta tanto de los concursos y los premios. Este año, además, ha habido un fruto inesperado: parece que uno nos ha salido poeta. Además del 2º premio del
Concurso de Poesía de la Universidad con "Respuesta a una pregunta vacía", Jesús Soberón ha ganado también el 2º premio del Premio José Hierro. Así que, con su permiso, lo dejo a la vista, y ya diréis...


Respuesta a una pregunta vacía

Es increíble que tengas cuerpo, brazos, piernas.
No entiendo cómo apartando una simple sábana azul claro
puedas aparecer, realmente, ante mis ojos. Que
tengas forma y superficie. Que te muevas,
que subas y bajes y la línea recta no exista.

Me niego a creer que el sol estalle en la ventana
y en verdad pueda cubrirte. Rebotar
contra ti
como si fueras cualquier cosa, como si fueras yo mismo,
que aparto la sábana azul claro
y puedo verte iluminada por el sol como al resto del mundo.

No puede ser cierto que te despiertes
que sonrías que aprietes los ojos y se formen esos
surcos en tu cara. Que tengas forma y que te muevas. Que
estés ahí. Ahí. Y el sol estalle en la ventana.

Que realmente pueda estirar un brazo y tocarte
como te toca el sol en la cara. Como
si fueras cualquier otra cosa sobre la faz de la tierra,
como si la física existiera,
como si los siglos de metafísica no sirvieran para nada.

3 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

El poema es tan bonito como para saltar por encima de mis prejuicios contra el verso libre. Recuérdale al autor que según don Quijote (nuestro maestro en estro) los segundos premios son los del mérito: los primeros se los lleva el favor. Gracias por colgarlo.

P.S. Lo de Julia de que creer un espacio es otorgar tiempo no está nada mal tampoco. Qué de metafísica en vuestro taller, eh.

Corina Dávalos dijo...

Me alegra que te guste, y más me alegra que te rompa algún prejuicio. El piropo se lo digo de tu parte.

Corina Dávalos dijo...

Estaremos en contacto, por supuesto. Si te parece lo detalles de nombres y direcciones los enviaré desde tu blog para evitar que me(nos)sepulte el spam.

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