martes, 19 de septiembre de 2006

Andanzas y vicisitudes de Doña Veritas

La fe, del credo que sea, si no sirve a la Verdad desemboca en fanatismo. La razón, si no sirve a la verdad, se convierte en esclava de la ideología (del color que guste ud.) o del fetichismo cientifista. Sin verdad -esa palabra políticamente incorrecta- hasta lo más noble de lo humano se pierde entre las arenas viscosas y tibias del relativismo. Sólo sirve lo que sirve a la verdad. Como dice Eugenio D'Ors: "(...) la servidumbre es la garantía de la grandeza y la grandeza, la razón de la servidumbre."

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero ¿cómo saber qué es la verdad? ¿No es lo que uno percibe (entiende) como verdad? En ese caso, la verdad es subjectivo y entonces, por lo menos a veces, relativo. Y por fa no me digas que la verdad es Dios porque ni yo ni nadie sabe lo que es sin referir a metáforas o tautologías. Estoy de acuerdo que la búsqueda de la verdad en sí tiene un gran valor, pero yo creo que pocas cosas se pueden explicar en términos de blanco y negro y que una doctrina de la verdad es ... una doctrina--y a priori peligrosa.

(Toca alguién cuyas ideas todos ustedes pueden refutar. :>) )

Anónimo dijo...

Al usuario anónimo le diría algo que Wittgenstein le podría decir... no preguntes qué es, MIRA! Si quieres saber qué es la verdad mira alrededor, encuentra ejemplos de cómo se usa esa palabra en nuestras conversaciones, pregúntate si tiene sentido o no hablar de "verdad" (o si es una palabra que no tiene sentido). Creo que si uno se fija en el modo en que un niño de 7 años usa la palabra "verdad" se puede entender lo que es... no se trata de dar una definición para entonces pasar a pensar si la aceptamos o no en nuestros discursos, se trata de MIRAR que de hecho la usamos y con bastante más acuerdo de lo que uno quisiera pensar.

Anónimo dijo...

Ah! y que lindo texto el tuyo!

Anónimo dijo...

Hmmm. Wittgenstein rechaza la metafísica y la considera parte del sin-sentido; entonces no sé si es un buen ejemplo. Y si entiendo lo que quiere decir en su _Investigaciones_, no preguntes, mira tiene un contexto un poco diferente.... Pero no soy filósofo. Debo decir que muchas veces un niño usa la palabra verdad cuando dice una mentira. De todos modos, tal vez no entendí la respuesta. Miro mucho, pero más miro menos entiendo. Será que la verdad es la ignorancia??? Ojalá que no.

Corina Dávalos dijo...

Sí, un niño utiliza la palabra verdad, a veces cuando ,iente, pero si no hubiese un referente para distiunguir enttre verdad y mentira ni siquiera tendríamos la posibilidad de distinguir entre ambas. Quizá puedes mirar en tu propia experiencia. Sabes distinguir, si tienes suficientes elementos de juicio, entre quien te dice la verdad o quien te miente? Y una pregunta, en qué sentido te parece peligrosa la verdad?

Anónimo dijo...

Hola a todos y que bueno que respondan al comentario. Al usuario anónimo... como Ana Có dice, claro que un niño puede mentir y decir que está diciendo la verdad (en eso justamente consiste mentir, pero si no existiese la verdad, tampoco la falsedad y no podríamos decir, como tú dices, (al menos no con sentido) que un niño puede decir mentiras...como dice Ana Có simplemente no habría un criterio de distinción entre ambos.
Wittgenstein rechaza los planteos metafísicos pero no dice que la verdad no existe, y cuando dice eso en las Investigaciones lo dice porque cree que el significado de una palabra (como podría ser "verdad" en este caso) no se encuentra sino mirando cómo usamos tal palabra y viendo si tiene o no sentido usarla en tal o cual contexto. Lo que yo decía es que tal vez puede ayudar a resolver tu pregunta. Tal vez no haya algo tan complicado de entender... decimos la verdad cuando afirmamos que es lo que es, y mentira cuando afirmamos que es lo que no es y que no es lo que es (como Aristóteles lo dice aunque más lindo y sin el trabalenguas, jaja). O sea, si nuestra mente y nuestras palabras se adecuan a la realidad hay verdad. No sé si esa definición te satisface un poco más, pero creo que es justamente lo que un niño entiende por verdad.

Anónimo dijo...

Tantas preguntas y tan poca luz en mi para contestar. Bueno--intento.... La jefa pregunta porque me parece peligrosa la verdad. No es lo que quise decir. Pienso que "una doctrina de la verdad"--como cualquier dogma--es peligrosa porque, en mi opinión, el dogmatismo casi siempre abre el camino al fanatismo y a la intolerancia.
Eso tiene que ver con el resto de su respuesta y una parte de la de maneco. Me expresé mal, pienso. No quiero hablar solamente del caso de una mentira hecha APROPOSITO por un niño de siete años. Más frecuente pasa que el niño piensa que dice la verdad cuando dice una mentira. Y habría debido explorar el fenómino mucho más porque lo que me interesa es el caso de gente mayor y pienso que hay muchos mentirosos de la verdad. Vuelvo a lo mismo. A pesar de mi apreciación por la profundización de la posición epistemológica de Wittgenstein, me parece que la realidad práctica no se conforme con la teoría. Admito que pienso saber distinguir la verdad en ciertas situaciones o apropósito de ciertos valores, pero sé absolutamente que distinguo mal muchas veces--y, peor, que muchas veces no sé cuando distinguo mal--soy un meniroso sin saberlo. Sé que a veces y sin saberlo afirmo lo que es cuando no lo es. Aferrarse a la verdad--suena bién, pero vi tanta gente aferrarse a tantas ilusiones de la verdad (lo que considero ilusiones) que me da pesar pensar (trabalenguas también :>) )en eso. No sé porque pienso en una cosa, pero me vienen a la mente una cita: "Y si el cuento del infierno fuera pura mentira, nos jodimos todos." ¿Y el cuento del paraiso? Hmmm, estoy cambiando de tema; ya me callo.

Anónimo dijo...

Qué pena--no por los errores de ortografía (¡qué oso!), pero porque olvidé contestar a lo siguiente:
"si nuestra mente y nuestras palabras se adecuan a la realidad hay verdad. "
¡El gran si! ¿Quién va a verificar si se adecuan???? ¿Y cómo?

Corina Dávalos dijo...

Santo Tomás decía que se peca y se yerra casi siempre por precipitación y pienso que tiene razón. Cómo dice U.a. no siempre sabemos distinguir, hay error, pero quizá podríamos.Además, no es lo mismo certeza que verdad. En esto pienso que lleva razón mi maestro, Jaime Nubiola, si no llegamos a la verdad en cuestiones complejas es muchas veces porque no hay paciencia y empeño suficientes para llegar con el diálogo hasta el final y optamos por una solución o mantenemos la duda mediante una decisión, concluimos precipitadamente. Y aún así hay principios indemostrables que no son dogmatismo sino evidencia. Y si no hay cielo ni infierno, que los hay, te diría lo de Sócrates, la virtud y la sabiduría son fines en sí mismos. Además, los cristianos sabemos por la fe que tienen una recompensa ulterior en la vida eterna.

E. G-Máiquez dijo...

Qué bien puesto el título a la entrada y no sólo por la gracia del nombre de doña Veritas. También por lo que tiene que andar y las vicisitudes que pasa, la pobre señora. En todo caso, como se ve en este blogg, ella camina en buena compañía.

Anónimo dijo...

Hola a todos, perdón por dejar el diálogo a medias en estos días... al U.A.: sobre lo que dices de la posibilidad de caer en un fanatismo o en la intolerancia a partir de la defensa de una doctrina de la verdad pienso que tienes mucha razón. Pero hay una brecha bastante grande (y peligrosa!) entre decir eso y pensar que NECESARIAMENTE o incluso PROBABLEMENTE se pasa de lo uno a lo otro. En realidad la intolerancia es un tipo de actitud de cierto tipo de personas y no un resultado de tener tal o cual religión o doctrina. La intolerancia viene más bien de la falta de amor hacia los demás y no del hecho de creer y afirmar algo firmemente. Y muchísimo menos la intolerancia podría venir de una religión que se basa en el amor al prójimo! Es verdad que ha pasado que los cristianos hemos actuado en contra de nuestras propias creencias y hemos querido poco a nuestros hermanos, pero esa actitud viene justamente de habernos ido EN CONTRA de nuestras propias creencias y no de la esencia de lo que son las enseñanzas de nuestra religión, y de su verdadera esencia. Del amor a Dios necesariamente surge el amor a los demás. Algún santo que no me acuerdo decía que se odia el pecado pero nunca al pecador. Y si somos un poco fieles a Jesús querremos a todos, aunque no crean lo mismo que nosotros e incluso si nos atacan.

29 de octubre

 Hoy ha sido un día estupendo. He terminado el primer módulo del programa de habilidades emocionales y, poco a poco, le voy cogiendo cariño....