
¡Que viva la primavera!,
y el verde de las montañas,
...y los días de migrañas
que acampan en sus laderas.
No quisiera ser grosera,
ni aún quejarme de vicio,
pero me saca de quicio
que hasta el cincuenta de mayo
no nos libremos del sayo
ni por obra del solsticio.
8 comentarios:
¿Esto es efecto de la musa-raña del ministro? ¿Estáis todos contagiados hoy? ¿Será el cambio climático?
Pues no sé qué es peor, si el tiempecito éste o el extremo calor que anuncian para el resto del verano.
Me encanta, Anacó: es tan... cierto. Pero con poesía como que pasa más fácil. Es un refunfuño pero menos.
Me gusta eso de la musa-raña. ¡Gracias anónimo! Y Castri, qué le vamos a hacer, cada uno refunfuña como puede, y los que no somos de Bilbao, pues hacemos nuestros pinitos.
Con eso de las migrañas me he sentido identificada! jejeje.
¿sabes lo que me pasa a veces? (en realidad es pura envidia) pero pienso: ¿cómo no se me habrá ocurrido a mi algo asi!!?? ¡¡¡todo llegará!!!
¡Muy bueno!
Qué barbaridad, que bien cogido el aire de la décima espinela, ¡a pesar de la migraña! Cuántos duendes sueltos por el verde de las montañas.
Vaya, yo a lo de la décima llegaba, pero no sabía que tuviera apellido. Tus duendes son difusivos, Enrique, quoniam bonum...
Y María, que sepas que la envidia (sana) es una gran motivación para la poesía. (Al menos en mi caso, que por vecinos como Enrique o Jesús, aquí estamos... ¡componiéndole décimas a las migrañas!)
Ayre, volviendo a casa pensaba:no es posible que no se me ocurra nada para escribir... pero asi, bajo tanta presión interna... solo me salían horteradas de esas hechas en 5 minutos... que no van de acuerdo ni con mi posición ni con mi "intachable (¿?) moralidad" jajaja
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