martes, 13 de noviembre de 2007

En zapatillas

Hay aforismos de andar por casa, que no me resisto a sacar de paseo. Como éste que me ha hecho mucha gracia:
"La vejez es la revancha de las feas"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué genialidad!

Anónimo dijo...

Y de los feos (¡nadie dirá que tengo un alta autoestima!), no hay que olvidarlo

Corina Dávalos dijo...

Aunque me hace mucha gracia, reconozco que el aforismo tiene un fallo evidente: la vejez sería como el remate de los/as feos/as. Pero, ¡ay! la envidia es lo que tiene; si no se puede tener el bien ajeno que se desea, al menos se goza con que el otro tampoco lo tenga. Qué malo y feo, hasta la ridiculez, es el pecado . Menos mal que no tiene la última palabra.

Anónimo dijo...

No creas, la vejez es democrática. Al llegar a ella, ni los guapos son tan guapos ni los feos tan feos. Es más, si te fijas, se hasta los hombres y mujeres se parecen. Debe ser la proximidad de la muerte...

Ángel dijo...

jajajaja

Corina Dávalos dijo...

Muy bueno eso de la progresiva democratización según nos acercamos a la muerte.

Anónimo dijo...

Debe ser por eso que la democracia es un régimen eminentemente senil. (perdón, me habéis puesto "a huevo" la incorrección política)

Anónimo dijo...

Pero ¿ no era Borges el que comentaba que la vejez consistía en ser invisible? En la invisibilidad no existe la belleza. Siguiendo con el razonamiento ¿ la muerte no consiste en ser invisible?

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