lunes, 2 de junio de 2008

Consideraciones de lunes y norte lluvioso

La Catedral de Córdoba tiene un encanto especial. No es sólo la gracia de los arcos y la viveza de sus colores, granate y hueso, como el pijama de rayas de un duende antiguo. A mí me gusta esa mescolanza de estilos, atrevida por convicción. El cristianismo no es ecléctico. No mezcla contradicciones en honor a una tolerancia fácil y mentirosa. Pero toma de todo lo bueno. Y lo retiene. La verdad es maternal. Acoge. Es un abrazo sin límites a todo lo que manifieste su esencial lealtad a la realidad: Dios, hombre y mundo. Y la Catedral de Córdoba guarda algo de ese gran abrazo originario. Pasear por sus pasillos arqueados, resguardados por el techo de arterias góticas me recuerda que eso, y no otra cosa es "lo católico". Lo más universal, aquello común a todos, el ansia infinita de Dios por hacer que brille en todo su esplendor la diversidad de su creación. Un brillo que Él mismo le presta y que realza toda su gloria. Nada brilla más que aquello que es infinitamente amado. Por eso la tristeza es tan opaca. Porque pone muros de resistencia a los requerimientos del amor.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Curioso que la llamas catedral y no Mezquita. Para mí, otras (la de Sevilla, por ejemplo) inspiran la fé católica; la catedral de Córdoba me inspira otra cosa--tristeza, no, por supuesto, pero algo de la presompción de Ozymandias. La catedral de Córdoba para mí es una curiosidad, un error, una intrusión, un rincón insólito en la majestad de la Mezquita--que tampoco me inspira la fé, o si es fé, es fé en la belleza estética de una encantadora obra humana.

Isabel Colette dijo...

Sin embargo, a mí me parece una maravillosa muestra, no sólo de la capacidad estética del hombre, y cuanto puede hacer por aquello que cree -en este caso originalmente Allah-. Sino de cómo lo bello es patrimonio de todas las culturas y creencias, por que es el intento humano de representar lo absoluto.

Un lugar: Santa María sopra Minerva.

Anónimo dijo...

"Nada brilla más que aquello que es infinitamente amado". Mmmmm... Seguro que hablas de la Catedral de Córdoba? ;)

Corina Dávalos dijo...

Gracias por recordar Ozymandias. En parte es cierto, pero lo de la intrusión se resuelve -pienso- con esa capacidad de acoger. Donde nosotros vemos fragmentos deshilvadanos de una narración, Dios ve una maravillosa historia tejida desde el corazón de cada hombre.
Isabel, ¡qué bien verte por aquí! me encanta tu comentario. Se ve que eres filósofa y artista.
C.c. ¿tú qué crees?...

Anónimo dijo...

Bien dicho. Pero permítanme un conjunto de dos citas.
'(...) lo bello es patrimonio de todas las culturas y creencias, por que es el intento humano de representar lo absoluto.'
Y
'Donde nosotros vemos fragmentos deshilvadanos de una narración, Dios ve una maravillosa historia tejida desde el corazón de cada hombre.'
Y si el cuento de lo absoluto, de la harmonía perfecto fuera pura mentira, nos ch...mos todos--otra cita (plagiada acá), un 'poco' transformada, de una niña traviesa. Nunca entenderá cómo una persona puede estar tan segura de lo menos seguro. ¿Y si Dios quisiera que no haya harmonía? ¿Qué tal si nuestro absoluto fuera pura creación humana, y el de Dios fuera el caos, la cacafonía?
En todo caso, tomo 'Dios ve' de manera simbólica. La única cosa que me parece seguro en todo eso es que Dios no es humano. No es un Papa Dios y, para mi, su antropomorfismo cree aguas turbias y no la clarísima claridad.
Gracias a Isabel y a Anacó por contestar.

Néstor dijo...

"El cristianismo no es ecléctico". Qué bien expresado algo más bien profundo. Me lo quedo.

Corina Dávalos dijo...

Mmm...tiene razón el anónimo --en cierto modo-- de sorprenderse de la "seguridad ante lo menos seguro" porque efectivamente, esa certeza de la fe es un don que algunos ya hemos recibido y que todos estamos invitados a recibir. De todos modos pienso que racionalmente es difícil no aceptar la realidad de Dios, precisamente porque detrás de todo lo que vemos hay una causa que está claramente por encima de lo natural, lo humano.
La antropomorfización de Dios lo vería como algo triste si fuese una iniciativa humana, pero lo que Dios revela por la fe de Sí Mismo y lo que nos han contado tantos testigos que lo conocieron...pienso que merece credibilidad.
En todo caso gracias por el interés en este diálogo.

Corina Dávalos dijo...

Néstor, seguro que ya lo dijo alguien entes que yo. Saludos!

Adaldrida dijo...

A mí también me ha sorprendido lo de Catedral, yo siempre dije Mezquita. Pero me encanta tu reflexión. La verdad es maternal, ¡qué gran frase!

Anónimo dijo...

Nota, p.f., que no niego ni la fe ni la existencia de Dios. Niego la certeza que Dios quiere eso o aquello. Tener fé que uno sabe lo que quiere Él, o pensar saber lo que quiere, o saber lo que quiere da igual--porque la única cosa segura es que nadie sabe lo que quiere Él. Es aun más seguro que el cogito del Franchute. Para saber lo quiere Dios, una persona tendría que ponerse a su nivel, y nadie--por lo meno nadie de carne y hueso--es puro espíritu.
Lo del antropomorfismo, no lo entiendo--ni he visto testigos. O, sí, he visto testigos de toda clase--los testigos de un acidente de carros, por ejemplo. Todos ven algo diferente, todos dicen la verdad (su verdad), y los investigadores terminan por no saber qué carajos pasó.
Creo en Dios, pero no en los testigos.

Isabel Colette dijo...

Si Dios... el absoluto, quisiera el caos...: Sería el caos. No te preocupes que ya lo habríamos notado.
Por que nosotros mismos no seríamos capaces de crear cosas armoniosas, hermosas, arte en definitiva. El universo no seguiría un orden.
Vamos, que efectivamente, no somos capaces de llegar a los pensamientos de Dios, obvio, pero también podemos deducir racionalmente de lo que tenemos alrededor.

Corina Dávalos dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dice a. respecto a nuestra incapacidad de llegar a tener una ciencia de Dios con nuestra sola fuerza. También Dios lo pensó así y podemos contar con la asistencia del Espíritu Santo para llegar a eso que no podemos. Nosotros no, pero Dios sí. Ese es el constante misterio en el que un cristiano de mueve permanentemente. No sentando a Dios en el banquillo, sino dejando que nos acoja en su regazo. De todos modos, el mejor modo para llegar a saber lo que Dios quiere de cada uno es quererle, tratarle, familiarizarse con él. Alguna vez dijo una amiga mía algo que ceo viene bien en este contexto "quien no comprenda una mirada no entenderá una larga explicación." Fuera del lenguaje y los dinamismos del amor es difícil saber qué quiere Dios de cada uno. La relación de un hijo con su padre no encaja bien en erudiciones teológico-filosóficas. Es mucho más sencillo, aunque sea exigente y comprometido.

Anónimo dijo...

Me gusta la cita 'quien no comprenda una mirada no entenderá una larga explicación'; entonces, dejo así (cómo diría Andrés López--y unos cuantos millones). Pero por lo del caos, Isabel y yo debemos vivir en dos mundos muy diferentes. A partir de Henri Poincaré, el arte a la Guernica o a la Clockwork Orange me parece más cerca del mundo donde vivo yo.
Gracias por sus respuestas. No insisto más.

Corina Dávalos dijo...

Gracias a ud. por el diálogo, espero verle alguna vez más por aquí.

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