miércoles, 7 de enero de 2009

Credulidades

Nunca he sido demasiado crédula (que no está reñido, al contrario, con tener Fe) así que todo esto de que a los niños los traen las cigüeñas, y que los regalos los traen los Reyes o el Niño Jesús no me convencían nada, nada. En América no hay día de Reyes. Se celebra la Epifanía como en toda la cristiandad de Occidente, pero sin más aspavientos. A mí de pequeña me traía los regalos el Niño Jesús. A veces venía el 24 por la noche, a veces el 25. Hasta que una Navidad nos trajo una hermana el 25 por la mañana y después de eso ya siempre volvió con los regalos el 24, para poder celebrar con ella en exclusiva el cumpleaños de ambos.

Cuando los regalos eran pequeños mis dudas no iban demasiado lejos. Pensaba que quizá los Ángeles llevaban al Niño en volandas y como el regalo tenía un tamaño razonable, el NIño Jesús podía llevarlo sin problemas. Hasta que un día llegó el Niño con un columpio. Y eso ya no coló. Vale que se lo hubiera hecho San José que era artesano. Pero era imposible que el Niño pudiera cargar con semejante trasto... Pienso que no me habrían gustado las historias de los evangelios apócrifos. A mí me gustaba el Niños Dios de carne y hueso. Tal vez por todo ese bagaje veía yo con poca simpatía el asunto de los Reyes. Me parecía inaudito que los niños, hasta muy mayores algunos, creyeran con tanta certeza que los Reyes traían los regalos desde oriente, con camello y paje includo.

Me da un poco de vergüenza confesar que, quizá por eso, nunca me había atraído asistir a la cabalgata de Reyes y no había visto una hasta este año. Vivo en una calle céntrica por la que ha vuelto a pasar la cabalgata (en un primero con balcón para más señas). Y, cómo no, todas las familias conocidas se apuntaron en un plis, plas, para ver la cabalgata desde aquí. Compramos caramelos para los niños (desde la calle no llegaría ni un mal regaliz) y la casa empezó a llenarse de seres diminutos, nerviosos y emocionados.

Y a mí me emocionó su ingenuidad, su candor y sus nervios. Las caras de sorpresa. El ambiente tan distinto -tan distendido- que se respira entre los mayores cuando revolotean los niños cerca. La serena naturalidad con que pasa el cortejo entre aplausos: un Belén viviente, villancicos y reyes que traen regalos a los niños, porque mucho antes descubrieron al Dios Niño hace más de 2000 años. Así que de repente creo en los Reyes. Ojalá muchos políticos asistieran a la cabalgata. Quizá al ver el ambiente que se respira, se les quitaría las ganas de prohibir belenes y símbolos religiosos (es muy fácil comprobar allí que no crean divisiones: si no, ¿qué hacía una musulmana con sus niños en mi balcón?). O las ganas de facilitar que haya tantos niños que se quedan en el camino hacia el mundo y no llegan a verlo por supuestas justificaciones sin justificación. Yo los echo de menos en la cabalgata: ¡no a los políticos, no! , a los niños...

7 comentarios:

molinos dijo...

A mi me encanta la Fiesta de los Reyes Magos. En mi casa, siempre siempre ha sido una fiesta familiar. Nunca hemos pasado por eso de te doy dinero, vienes conmigo a comprar los reyes...siempre se ha mantenido toda la tradición, la ilusión...ahora que tengo hijas lo disfruto más, pero todos desde los abuelos de 70 hasta los pequeños de 3 lo viven de manera especial.

Corina Dávalos dijo...

Tengo una intriga con tu familia y las reuniones de Los Molinos...¿son tan divertidos como tú?

molinos dijo...

Uy..son mucho más. Cada uno es divertido a su manera, digamos que yo soy la que tiene el humor más "punzante".

Anónimo dijo...

Mmmmm. Si un tipo puede vivir en la barriga de una ballena, si un señor puede cambiar agua en vino, si ángeles pueden hablar con vírgenes, etc., no veo porque el Niño Dios no puede traer un columpio un una bolsa....
Y la tesis?

Juan Antonio González Romano dijo...

Bienvenida al mundo de la credulidad; como podrás ver en mi entrada de "Noche de Reyes", a mí me sigue deparando emociones muy deseables en estos tiempos (en todos, diría yo). Un abrazo.

Corina Dávalos dijo...

Gracias, Juan Antonio, por la bienvenida. Yo creo que de ahora en adelante, lo mismo me pasará a mí. Eso espero...saludos!

Corina Dávalos dijo...

La tesis avanza. Gracias.

Pensamientos de noviembre

Las oportunidades vienen en el momento menos pensado. Cuando parece que todas las puertas se han cerrado a cal y canto, de pronto se abren v...