martes, 15 de diciembre de 2009

Asunto de tres

Acabo de leer la declaración que han hecho, frente a la ley del aborto, los decanos de las facultades de Medicina, Enfermería, Ciencias, Farmacia, junto con el director general de la Clínica Universidad de Navarra. Para ser veraz hay que ser valiente, y para ser compasivo, fuerte. La declaración entera me parece un acierto, pero en especial me ha gustado ver una universidad que no pacta con simplificaciones, ideologías, ni con la presión aplastante (en su sentido más violento) del political correctness. Dos ideas que se recogen en el documento me han tocado especialmente, quizá porque ni se oyen ni se leen, a pesar del peso de la evidencia:

"La vida que comienza es un asunto de tres" (ni sólo la mujer, ni la mujer sola)

"La historia juzgará nuestra pasividad cómplice o nuestro compromiso solidario con el débil."

No hay lugar para la indiferencia, ni para la neutralidad. En el mejor de los casos, un resquicio para la duda. Pero al parecer, ni eso. La ciencia tiene ya suficientes respuestas como para salir del titubeo. Después del climagate se ha generado un clima de sospecha en la sociedad respecto de la fiabilidad del discurso científico. No se trata de lanzar ahora la duda por sistema, sobre la ciencia ni sobre los científicos, sino de evitar absolutizarla y recordar que también cabe utilizar la ciencia para intereses distintos del conocimiento.

Hay que exigir transparencia y honradez, y es la sociedad quien debe hacerlo, no sólo los responsables de las instituciones, de allí que no valga la posición de espectador: en democracia, todos somos protagonistas, y no sólo el día de las elecciones. No es un panorama cómodo, pero es que lograr el bienestar real y para todos nunca lo ha sido. Pasividad o compromiso: la elección del día a día.

1 comentario:

Afrodita dijo...

Sí, es bastante irritante el tema del aborto y el enfoque tan mezquino que se le está dando so pretexto de que "son derechos de la mujer" y que sólo ella tiene derecho a decidir.
¿Cómo que sólo ella? Es cierto que en cantidad de ocasiones la "ella" en cuestión se acuesta con el primero que se le cruza en el camino, considerando al posible hijo como tan sólo un "pequeño inconveniente" del que deshacerse sin más. En mi opinión eso no son mujeres sino tan sólo hembras de la peor especie de alimañas.
En otras ocasiones, sin embargo, hay un "compañero sentimental" que a lo mejor sí desea ese hijo al que la "compañera", apelando a eso que le han hecho creer que es un derecho, decide abortar.
¿No tiene derecho ese padre a opinar?
Y, en última instancia (o más exactamente en primera instancia), el verdadero protagonista del asunto es el feto; un feto que según la señora Aido no es un ser humano...
Si un bebé nace y muere por causas no previstas se organiza mucho luto al respecto y los padres reciben todo tipo de consuelos; si el niño muere destrozado en el vientre de la madre parece ser que no pasa nada.
Asco de mundo.

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