martes, 24 de mayo de 2011

Autoplagio

Dentro de un par de semanas dejaré mi tesis en manos de un tribunal para que la examine. Ahora me encuentro en una faceta más molesta, la del autoexamen. Mi director de tesis suele decirme que yo soy mi peor enemiga y que nadie tratará mis textos con más dureza que yo misma. Al releer lo que escribí hace tres años tengo la extraña sensación de estar leyendo un trabajo ajeno. La beca del Gobierno de Navarra no es tan suculenta como para contratar a un "negro" y, la verdad, la tranquilidad de dormir por las noches con la conciencia en paz no tiene precio (que se lo pregunten a Von Guttenberg).

Sin embargo, todo lo que ahora leo lo escribió la que era entonces y de la que ahora no conservo demasiados recuerdos. Es curioso que esto lo haya escrito yo. Si, por hacerme la broma, mis amigas la encuadernaran bajo otro nombre y título, la leería pensando a cada paso: qué gracia, en mi tesis yo también escribí sobre esto...

1 comentario:

Jaime Nubiola dijo...

Me parece que expresas maravillosamente bien esa distancia que hace falta siempre netre un texto y su autor.

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