Ya ha hablado aquí Vladimir Holan alguna otra vez. Y siento si me repito, pero a las contadas flores de mi jardín de poetas conocidos, se une la fuerza con que me arrastran hacia sí ciertos poemas, que releo y repito como una jaculatoria (o como un mantra, para los más frikies.)
A veces los poemas me sirven de consuelo, y otras para consolar. A veces, las palabras vuelan sin lastre y se las ingenian para acariciar el alma desde lejos. Con un poco de suerte.
A veces los poemas me sirven de consuelo, y otras para consolar. A veces, las palabras vuelan sin lastre y se las ingenian para acariciar el alma desde lejos. Con un poco de suerte.
GLOSA
Así lo vivimos:
el árbol, apenas florece, pierde la flor,
en constante florece y continuo caer.
Y nuestra apasionada pereza e impaciencia
son tan perennes, que fidedignas
compiten con la eternidad.
No podemos hacer otra cosa, ya que verdaderamente
si la alegría de Dios es nuestra fuerza,
cómo no flaquear si Dios se pone triste...* * *VIDA REAL
No es que ahora iniciemos un pleito con Dios.
¡Nosotros interferimos en su actividad!
Pues todos nosotros, por desgracia, vemos
sólo lo que resplandece.
Así, prisioneros de nosotros mismos, de nuestro acontecer,
gozamos de la ventaja de unas esposas tintineantes
y no comprendemos ya el juego
como base
y cumbre del universo.* * *
Hay destinos
donde lo que carece de temblor no es sólido.
Hay amores
en los que el mundo no te basta, falta un pasito.
Hay soledades
en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.
Hay momentos de frío
en los que estrangulas palomas y te calientas con sus alas.
Hay momentos de gravedad
en los que sientes que has caído ya entre los caídos.
Hay silencios que debes expresarlos tú, ¡precisamente tú!