martes, 10 de abril de 2007

Resurrección

Después de la Semana de Pasión vuelve la vida a la vida, esa de todos los días, la de ocho horas diarias de trabajo, con todos sus minutos y segundos. Vuelve a la vida el blogg y los comentarios de los vecinos, vuelve el sol a Pampaluna (aunque esa resurrección es siempre incierta) y vuelve la ilusión por un nuevo comienzo. Comenzar con lo de siempre, estrenar el modo. ¡Felices Pascuas a todos!

Resurrección

¿Qué después e esta vida tengamos que despertarnos un día aquí

al estruendo terrible de trompetas y clarines?
Perdona Dios, pero me consuelo
pensando que el principio de nuestra resurrección, la de todos los difuntos,
lo anunciará el simple canto de un gallo…
Entonces nos quedaremos aún tendidos un momento…
La primera en levantarse será mamá… La oiremos
encender silenciosamente el fuego,
poner silenciosamente el agua sobre el fogón
y coger con sigilo del armario el molinillo de café.
Estaremos de nuevo en casa.


Vladimir Holan

7 comentarios:

Enrique Monasterio dijo...

Así será, no te quepa la menor duda.

Jesús Beades dijo...

Estamos de nuevo en casa cuando escribes en el blogg, Reina Corina. ¡Feliz Pascua!

E. G-Máiquez dijo...

Uno de mis poemas preferidos. Qué final y qué molinillo de café, ay.

Anónimo dijo...

"Estrenar el modo". ¡Qué bueno!

Y me ha gustado también el poema. No lo conocía, ni a su autor. Gracias.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno, Anacó! ¡Felices Pascuas! Y nada... que "a estrenar el modo" se ha dicho (aunque quizá necesite un manual de apoyo ¡je! =P).

Corina Dávalos dijo...

También es uno de mis favoritos, ¡tan revelador en su sencillez! Y si además D. Enrique afirma la exégesis de Holan, yo también me apunto a ese final. A Batiscafo ya le haré llegar algún otro de Holan que sospecho que le gustará. Y al caballero Beades, mis saludos, respetos y agradecimientos a tan amable comentario, aunque aún ando en cavilaciones respecto del noble título que me atribuye sin yo merecerlo de modo alguno. Alégrome en gran medida, no obstante de saber que os encontráis aquí como en vuestra casa.

Anónimo dijo...

Y otros muchos que no te conocemos más que de este modo, también nos sentimos como en casa, CORazón. Se puede hasta oler ese café.

¡Feliz Navidad!