Discutíamos ayer en la sobremesa sobre el arte y los trabajos que requieren una cierta creatividad. Como siempre que se juntan más de dos personas, había opiniones de todo tipo: la romántica que todo lo atribuye al genio, la espartana que todo lo resuelve en clave de tesón y trabajo y unas cuantas que nos decantábamos por proporciones variadas de uno y otro. Sin duda el consejo aquel de "procura que la inspiración te encuentre trabajando" lleva más razón que un santo. Yo por ahora me he colgado en la mesa de trabajo un cartel tipo yankee para consolar mis horas de estudiosa aridez.
90% perspiration,
10% inspiration
10% inspiration
PD: (Se admiten sugerencias y otras recetas.)
7 comentarios:
Gran tema de sobremesa: la inspiración. Lo cuentas muy bien: estupendo el adjetivo "espartana" para la opinión opuesta a la romántica. Lo usaré desde ahora, con tu permiso.
Yo en principio estoy de acuerdo con el cartel de tu mesa de trabajo; le cambiaría el orden, simplemente:
10% inspiration
90% perspiration,
más que nada porque hay quien le echa a la cosa el noventa por ciento de sudor y, luego, la inspiración no aparece, pero nos deja ya un montón de hojas o de versos o de cuadros que, sin la inspiración, no nos hacían falta ninguna.
Tienes permiso y toda la razón. Sin ese benito 10% que añade valor a todo lo demás, da lo mismo lo poco o mucho que se haya trabajado. ¡Siempre ante el misterio del efecto levadura!
Pues yo diría 20% 80%, incluso 25 75. Creo que últimamente se le da poca importancia a la inspiración. En poesía, si no hay mata, no hay patata.
¿La cita es de Picasso? Me suena que sí... Mi poeta del siglo de oro es Lope de Vega. Todo un monstruo de la naturaleza, por lo que trabajaba... Dios no quiere poetas vagos.
Oscuro el borrador y el verso claro.
Gracias por vuestros comentarios. Esta mañana he visitado el blogg de E.G-Máiquez que coincide con lo que dice Breo: "Las estrellas para quien las trabaja". También sería interesante hablar de lo que es el trabajo casi tan misterioso a veces como la inspiración. Muchas veces ese trabajo no tiene lugar en la mesa de estudio, ni responde a las órdenes de la voluntad. Un razonamiento que viene en mitad de la calle, algo que lees por casualidad, y todo eso va sumando. El trabajo vendría a ser algo así como el material que vamos juntando para que la forma -que aporta de modo intempestivo la inspiración- tenga donde plasmar su figura.
¡Brillante propuesta! Habrá que hablar de qué es el trabajo. Quedo a la espera.
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