El 6 de diciembre, además de la Constitución, acoge un cuantas fiestas más. Y no es que no aprecie la Constitución, que la aprecio, sino que las otras dos fiestas de hoy me resultan más entrañables por lo que ahora contaré. La primera es que hoy se celebra la fundación española de mi ciudad, San Francisco de Quito. Desde pequeña he cantado con orgullo su himno en el colegio. Más adelante, recuerdo que se me ponía la piel de gallina cuando el día seis, antes de que empezara la última corrida de abono de la Feria Jesús del Gran Poder, la banda municipal entonaba las notas del himno a Quito y la plaza se ponía de pie para cantar con fervor. Hoy me venía a la cabeza el toniquete y recordé con emoción las palabras del estribillo:
¡Oh! ciudad española en el Ande
¡Oh! ciudad que el incario soñó,
porque te hizo Atahualpa eres grande
y también porque España te amó.
6 comentarios:
Me había quedado muy mala conciencia por pedirte más entradas. Ahora (felix culpa) me alegro mucho de haberte distraído un poco de la tesina. También a mí me han resultado más entrañables tus fiestas que la de la Constitución, la pobre. Me he aprendido con emoción las palabras de tu estribillo, con ese verso final que parece de Chesterton. Pena no haber catado los vinos de San Nicolás, pero casi, porque tu cuñado contaba con mucha gracia (que alegra el corazón del hombre) cómo se los hicieron probar todos y cada uno y varias veces... el día antes de la boda.
Lo del casi habría que remediarlo cunato antes. Tengo por aquí alguna botella que bien podría llegar a buen Puerto estas navidades.
Oxalá
como dicen los brasileños...
Pero es posible que Gabriel Insausti me lleve en abril a la Universidad de Navarra a leer poemas y podríamos brindar entonces por San Nicolás.
Pues eso...oxalá
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