jueves, 28 de diciembre de 2006

Forma mentis

Ayer vinieron a cenar a casa tres mini invitadas. Es el segundo año que se apuntan a montar un show musical en casa de su tía, a cambio de tortilla de patata, algo de helado y los jaleos y aplausos de rigor. Hay que ver cómo las niñas apuntan maneras desde pequeñitas. Ayer mientras daban brincos por el cuarto de estar, me vino a la memoria un recuerdo de mi infancia que no he comprendido sino hasta hace pocos años.
Cuando mi hermana y yo nos quedábamos en casa de los abuelos, a mis tías les encantaba entretenernos con charadas, adivinanzas y juegos de palabras. A mi hermana lo de jugar a las rimas no se le daba del todo. Así que un día, la cogí por banda y -ejerciendo de mayor- me puse a explicarle cómo era el juego.
-Mira, es muy fácil -le dije- tienes que buscar palabras que combinen; por ejemplo: Ana, ana, ana (...silencio y expectación...) pareces una banana, ¿ves?
Recuerdo que se le encendieron los ojillos, me miró -como dándome a entender que lo había pillado- y me soltó muy convencida:
-¡Ah, ya sé! Ana, ana, ana, ¡pareces un... plátano!
Mi moral pedagógica quedó por los suelos y la estima por la inteligencia de mi hermana en entredicho. Después me dí cuenta de que mi hermana no tenía -ni tiene- un pelo de tonta, lo que sucede es que ya entonces apuntaba maneras y a su sensibilidad figurativa, los jueguecitos fonéticos le traían al fresco. Así que ahora, conforme a su forma mentis, cuando juega con su pequeña, en lugar de hacer lo que haría su tía (es decir yo) y andar con que ena, ena, ena: pareces una ballena; ella -tan hábil- coge un lápiz, y con su sencilla y elegante naturalidad, va y pinta en un santiamén algo así...




Y yo frente a esto, como comprenderéis, ya no ejerzo de hermana aleccionadora, sino de hermana embobada. Ante la pintoresca escena, nada que añadir.

3 comentarios:

PRIMAVERITIS dijo...

Que lujo! saber sacar ese dibujo!!
feliz año.

Coni Danegger dijo...

Es divertido lo que pones. Yo también tengo en la memoria, para cuando deseo divertirme con un recuerdo, un chiste que contaba mal uno de mis hermanos pequeños, que no podia darse cuenta del doble sentido, y sacaba toda la gracia. Pero nos hacía reír por su ingenuidad.
El modo de razonar de los pequeños es todo un tema, un bonito tema.

Anónimo dijo...

Divertidas navidades, y como dice Constanza el razonamiento de los peques da para unos cuantos libros... al menos de anécdotas. Feliz año nuevo!!!

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