Poco antes de despegar, ya en el avión que le llevaría a la JMJ de Colonia, Benedicto XVI se dirigió a un pequeño grupo de periodistas y les dijo: "tratad de escribir cosas bellas". Más adelante, en una audiencia a la que asistieron más de 5.000 periodistas, les recordó su responsabilidad en la "búsqueda sincera de la verdad y la salvaguardia de la centralidad y de la dignidad de la persona."
Esas palabras del Papa a los comunicadores, entroncan con una tradición clásica, pero suavizada por el tono paternal del Papa que denota que comprende las dificultades que conlleva el desempeño de la profesión del comunicador. Ya Cicerón, cuando hablaba de las cualidades del buen orador decía:
Esas palabras del Papa a los comunicadores, entroncan con una tradición clásica, pero suavizada por el tono paternal del Papa que denota que comprende las dificultades que conlleva el desempeño de la profesión del comunicador. Ya Cicerón, cuando hablaba de las cualidades del buen orador decía:
"En el orador se debe encontrar la agudeza de los dialécticos, la sentencia del filósofo, las palabras de los poetas, la memoria de los juristas, la voz de los actores trágicos, el gesto del más consumado actor. Por ello no hay nada más infrecuente en el género humano que el orador perfecto." (De oratore I, XXVIII, 128)Esa última frase, a algunos les serviría de excusa para no buscar la excelencia. Pero eso es hacer trampa, que como dice mi maestro, Jaime Nubiola, no buscamos la perfección sino el perfeccionamiento. Por eso me parece tan amable y animante la invitación de Benedicto XVI. En gran parte de eso se trata, por lo menos de tratar...
4 comentarios:
Y tú sigues muy bien el consejo papal. Gracias.
Me gusta esa diferencia entre perfección y perfeccionamiento... Y también que recuerdes que hay que buscar la excelencia. De alguna manera todos somos potencialmente excelente, pero qué poquitos salen del barro para convertirse en hombres.
El ideal de la excelencia ha dejado de ser una meta para muchos, porque o piensan que es inalcanzable, o no están dsipuestos a pagar el precio. A veces pienso que Platón, por mucho que se critique el intelectualismo, no andaba muy equivocado cuando decía que no se busca el bien porque no se lo conoce suficientemente. La falta de educación así nos tiene, metidos en la caverna de barro, jugando a ver el baile de las sombras. Y fuera, de real life, que es mucho más esforzada, pero también animante.
Me he animado, y sigo -con dificultad anatómica- en mi propia casa. Vengan, vengan...
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