domingo, 13 de mayo de 2007

Racconti da un viaggio a Milano (I)

Por un céntimo de euro pude ver el Mediterráneo desde las nubes. Los contornos soleados de Italia y sus salientes que, a modo de cordones flotantes, se extienden por el mar para recordarnos que Europa lleva botas como mandan sus inmemoriales tempos de fashion and style. Recordé con emoción la primera vez que vi tierra europea desde la ventanilla del avión. Aunque era septiembre, las puntas nevadas de los Alpes me recibieron erguidos, como los picos de nata en el escaparate de una inmensa gelatteria. Milán fue la puerta por la que Europa me invitó a entrar en sus dominios. Yo entonces era aún más caótica e ingenua que ahora, que ya es decir. Ni la gitana más intrépida se habría atrevido con tanto equipaje: no faltaban una guitarra y unos roller skates; amén de libros, ropa, zapatos y demás enseres que, quien ha vivido siempre en el trópico, imagina que necesitará para afrontar un invierno de verdad.

Andaba esta vez por la Estación Central de Milán con mi maletita de 40x30x15 -Ryan Air friendly-, y no pude evitar reírme recordando las andanzas de entonces. La estación está en obras y muy sucia, pero mantiene cierto encanto. El olor a café de
távola fredda y el sonsonete de cientos de conversaciones en italiano, como ritmos y señales de tribu urbana, hicieron las veces de anfitrión. Bajé las escaleras de la estación flanqueada por pabellones publicitarios que dan la bienvenida a la capital lombarda. ¡Écco, là!: il cuore del design, de las últimas tendencias y propuestas, de la última locura que se le ha ocurrido al último diseñador de primera, para resucitar algún diseño de los años 20 (o cualquier otra decena, tanto da). Pero a pesar de tanto empeño de marketing, el corazón de Milán palpita en otro lugar. Pero de eso hablaré en otra ocasión.

10 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Qué envidia menos sana la mía. Menos mal que lo cuentas muy bien, y me consuelo. Certera imagen: "El olor a café de távola fredda y el sonsonete de cientos de conversaciones en italiano, como ritmos y señales de tribu urbana, hicieron las veces de anfitrión". Que continúe.

Coni Danegger dijo...

Gracias, AnaCó: estaba esperando esta entrada. Seguro que en algún momento tendremos tiempo para que cuentes "todo" lo que pasó.

Corina Dávalos dijo...

Continuará con "todo" lo que soy cpaz de contar.

Anónimo dijo...

"Las calles de Milán fatigo entonces: /
cruzo frente a los patios escondidos /
y los grandes palacios apagados /
mientras me empuja la ansiedad insomne..."

Corina Dávalos dijo...

Mmmm...Julio Martínez Mesanza

Anónimo dijo...

¡Qué bien contado! Nos dejas con hambre. "El corazón de Milán palpita en otro lugar". Que siga, que siga.

Adaldrida dijo...

¡Essso...! Nos vemos prontísimo, Anacó.

Corina Dávalos dijo...

¡Estoy que no veo el momento, mi querida Ro-Llir-Adaldrida!

Anónimo dijo...

Mmmm... ¡Vaya!

Anónimo dijo...

100% de los anónimos están de acuerdo: "di."
U.A.

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