Con el sábado me sobreviene un humor quebradizo. No estamos plenamente en el descanso dominical, pero tampoco en el trajín de los días de labor. Se nota apenas un leve cambio de ritmo que suena a rumbas alegres por la mañana y a suave bachata cuando anochece. El trabajo intelectual exige silencio, una intensa y callada concentración. La música de la semana se reduce a los golpes incesantes de los dedos sobre el teclado, el taconeo lejano de las bibliotecarias y ese zip,zip,zip que escapa de los libros cuando se cambia de página. Por eso me gustan tanto los sábados, porque -aunque trabajo- mis dedicaciones y trajines bailan acompañados de otros sonidos. ¡Música! Bien decía Eugenio D'Ors: "¡Bienaventurada la tarea en que se puede cantar!"
Eugenio D'Ors, 100 Aforismos Ilustrados, Ed. Casariego, p.135
Eugenio D'Ors, 100 Aforismos Ilustrados, Ed. Casariego, p.135
13 comentarios:
¡Bienaventurada entrada! Y happy saturday. Ay, si siempre fuera sábado...
Qué bien verte por aquí, ¡happy saturday también!
¡¡¡Vivan los sábados!!!!! (menos los de junio, que a mi me suenan a silencio de biblioteca!)...
Si siempre fuera sábado no lo sabríamos apreciar
Tu prosa no descansa en sábado, eh. Muy buena. D'Ors la hubiese bendecido porque canta.
AnaCó, no has probado con los autobuses los días de semana. En vez de silencio exterior, el trajinar de la gente, y un lápiz de los de antes para garrapatear en los costados de las hojas lo que vas pensando. Tienes que munirte de un "set de viaje". ¡Diversiones del trabajo intelectual más allá del mundo conocido! Entre otras cosas, puedes cantar cuando te viene en gana.
Pero tienes razón, el sábado es distinto: el día del acopio.
Por aquí el trabajo intelectual es más "serio" (ya me entiendes, allí trabajáis con seriedad y un toque de folklore de autobús) Serio y sombrío no tendrían por qué ser sinónimos.
¡Y gracias por la bendición D'Orsiana!
Bienaventurada tú!! Qué gusto de blog. Amo los sábados, en mitad del paraíso del descanso. Aunque para cita, una que coincide con la de Eugenio D'Ors, la trae Claudio Rodríguez: Miserable el momento que no es canto. Yo he hecho de esta cita un eslogan.
Que bonito verso, Pablo. Gracias por engordar la entrada.
Pablo yo, con tu permiso, te robo el eslogan!!
Que venía yo pensando por el camino que los sábados están pero que muy bien inventados, oiga! Ahora, este domingo tampoco ha estado nada mal, eh? Repetimos? Jejeje... ;)
Comparto ese gusto por los sábados. Los domingos, en cambio, me dejan un regusto agridulce, un temor atávico al punto negativo por no haber hecho los deberes...Y el remordimiento por pensar esto en el dies domini.
Me consuela, de algún modo, que ese regustillo del domingo no sea sólo mío. Esa sensación de los deberes sin hacer que ingenuamente pensé que se pasaría con el colegio...
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