martes, 12 de junio de 2007

Homo-ludens


y no comprendemos ya el juego

como base
y cumbre del universo.


Buscaba la palabra poderosa

que hablara en todo el centro de tu nombre

con tonos de algodón, vaivén de cuna,

que ahogaran con su timbre tu silencio.

Buscaba pronunciar una palabra

que uniera en sí la brecha de los días,

pasados y futuros con un nombre

que fuera aquí, por siempre, ya, presencia.

Buscaba en vano, entonces ignoraba,

que el eco del origen se pronuncia

vertido en el lenguaje y en el tiempo

acaso en la palabra que lo invoca.

A salvo de la búsqueda cansada

mi voz se desparrama en el acento

risueño de las sílabas primeras

del juego entre los hijos de los hombres.



3 comentarios:

Jesús Beades dijo...

/ya-a-/ (salvo de la...) es un grupo incómodo de pronunciar.

Muy bueno, sí señora. Esto va de bien en mejor.

María dijo...

¿es tuyo? ¡¡qué tía!! muy bien... de verdad... me ha gustado mucho...

Corina Dávalos dijo...

Jesús, muchas gracias por pasarte. Tienes razón, al principio era A salvo y luego lo cambié. Lo dejo como estaba entonces.
Me alegra que os guste, esto de tener un público tan benevolente lo malacostumbra a una.

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