viernes, 19 de octubre de 2007

Metáforas de la vida cotidiana

Desde ya aviso que el título no es mío, sino de Lakoff y Johnson. El libro es académico (no apto para descanso de fin de semana) pero desde luego ofrece muchas luces acerca de los espacios mentales en los que vivimos. La metáforas fosilizadas funcionan como señales de tráfico para nuestros pensamientos y, usualmente, seguimos sus indicaciones sin poner en tela de juicio su autoridad: que a la izquierda, a la izquierda; que ceda el paso, que gire, que pare, que siga... pues, ¡a mandar!
A veces ponemos en la balanza dos términos que no son comparables, pero como la metáfora nos sirve, allí que ponemos en un plato el tocino y en el otro la velocidad. O aquello tan usual de que el tiempo se pierde o se gana. Este modo de decir no deja de ser una comparación utilitaria, el tiempo pasa a ser, sin más razonamientos, un valor económico y empezamos a medirlo así, calculamos el tiempo. No pasa nada, siempre y cuando, ese modo de decir no desdibuje otros modos de valorar el tiempo, de pensarlo, de apreciarlo.
La semana pasada al entrar en mi portal, coincidí con un vecino, muy anciano, que salía con dificultad del ascensor de la casa, ayudado de un par de muletas. Me quedé en la puerta para retenérsela mientras él salía. Mi vecino, al ver que yo le esperaba en la puerta y que él no iba a llegar hasta ella precisamente en un santiamén, me dijo:
-No se preocupe, ya abro yo, no pierda usted su tiempo.
Me dolió pensar que aquél señor considerara que un gesto de amabilidad o de educación fuese una pérdida.
Pienso que aunque la mentalidad actual tiene la solidaridad como un valor en alza, luego lo cierto es que en la vida cotidiana estos gestos andan más bien devaluados. Hay que recordar a la ciudadanía, con cívicos y luminosos carteles, que ceder el asiento en el autobús a una embarazada es un signo de cultura. Y como la cultura también puntúa alto en los baremos de utilidad con los que funcionamos, quizá funcione la campaña y las señoras orondas podrán viajar más comodamente en el autobús dentro de unos meses.
Paradojas de la vida: pocas cosas tienen más interé que el desinterés. Ratzinger, antes de ser elegido Papa, comentaba con gran acierto las situaciones tremendas que se vivieron en la Alemania del Tercer Reich cuando estos modos de pensar, que parecen inocuos, cristalizaron en una política del régimen que propugnaba desechar a aquellas personas cuya situación sólo generaba pérdidas. Así, enviaban a un asilo a los ancianos, enfermos mentales y otros residuos marginales de la sociedad para morir allí al poco tiempo, por una infección, una pulmonía o cosas de este estilo. Ratzinguer razonaba así:
"Sentíamos que el asesinato de estas personas nos humillaba y nos amenazaba a todos nosotros, a la esencia humana que había en nosotros: si la paciencia y el amor dedicados a las personas sufren son eliminados de la existencia humana por considerarlos una pérdida de tiempo y de dinero, no se daña sólo a los que mueren, sino que en ese caso incluso los que sobreviven se mutilan en su espíritu*."
No estamos aún tan lejos (¿o sí?). En todo caso, en mi mano no está darle un giro a la mentalidad abortista, eugenésica y eutanásica (hasta suenan mal). Eso sí, procuraré darle un giro a mis metáforas habituales y cederle el sitio a las viejitas en el autobús. Quizá más de uno pensaré que es por la eficacia de la educación para la ciudadanía. Pero vosotros sabéis que no.

(*) Joseph Ratzinger, Conferencia (11.05.2005): La grandezza dell'essere umano è la sua somiglianza con Dio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nosotros lo sabemos.

Anónimo dijo...

No entiendo.
Por ejemplo, no entiendo por que la piedad en la forma de la eugenesia necesita un giro--o entendi mal y quieres apoyar a eso? Supongo que no. No es tener otra puerta abierta?
No entiendo lo del Papa aleman. La iglesia en Alemania apoyaba al Reich y a Hitler. Como un Aleman que vivio en aquel tiempo y que dejo pasar lo que paso (aunque sea Papa ahora) puede decir lo que sea sobre eso.
Y el viejo? Lo entiendo. No queria molestarte, pero le encanto tu gesto. Te dio una muestra de carino en codigo.
Estoy de acuerdo que es mejor cultivar su jardin de metro o de autobus que perder su tiempo tratando de cambiar metaforas universales.

Corina Dávalos dijo...

Gracias al anónimo por sacar estos temas que son importantes. Prometo volver con tiempo y responder a lo que plantea. Siento la dilación, en todo caso, gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Me llama la atencion lo de la solidaridad que mencionas. Es cierto: hoy en día es un valor muy en baja. Pero, peor aún es ver cómo mucha gente se llena la boca hablando de ella, pero en el momento en que deben ser solidarios de verdad, a veces con pequeñas cosas, no lo son. Talvez por comodidad o porque aquello implica demasiado que arriesgar, demasiadas renuncias, o sea "perder el tiempo".
Saludos desde algún rincón del mundo

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