

Todo quedó bien arropado bajo el abrigo blanco de la nieve durante unas horas. Esta mañana seguía nevando, pero enseguida ha salido el sol y la nieve se ha evaporado. Así es esta ciudad. Y así nos gusta con su modo de ser, un tanto anárquico. No deja de ser un regalo la mezcla de los almendros en flor, con su rosa pálido, sobre un fondo blanco de campo nevado. Navarra, ir es volver... empapado.
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