miércoles, 9 de abril de 2008

El juego del escondite

En la última sesión del taller de poesía de mi universidad, montamos una auténtica tertulia de café en el aula. Con cierto pudor empezaron a aflorar preguntas y respuestas, las de siempre, las que nunca, en realidad, se contestan definitivamente. Lo más jóvenes, también más candorosos, sacaban a la luz tímidamente sus costumbres a la hora de escribir, las visiones borrosas que tienen de la musa, sus motivos, sus guerras encarnizadas con los metros, o el fácil desenfado con el que dejan que su alma se derrame, como un bote de pintura sobre un lienzo.

Todos coincidían -unamunianos- en que todo poema tiene una intrahistoria que se agazapa en los versos y amparada en ese natural recato de la poesía, dejan ver sólo una parte del alma del poema. Los poetas, en sus versos andan a la vez desnudos y a resguardo. Al final, el lector saca de los versos una versión propia de lo que le sugiere el texto, mientras el poeta descansa en el umbral de la puerta, que lleva al patio donde respira el misterio.

Cuando los huéspedes se despiden y queda el salón en silencio, y se alejan pensado, tal vez, que se llevan los secretos del anfitrión en sus adentros, el poeta se retira a su patio. Y allí comprueba -aliviado- que sigue intacto el misterio, esas vivencias concretas, que sus versos, a la vez que comparten, reservan. Y deja que sus huéspedes se vayan, saboreando el gustillo de haber desvelado un enigma. Y tienen razón en parte, EGM dixit, "sin que haya forma así de no entendernos".
Siempre hay algo de ese velar y desvelar en el arte, que lo mantiene siempre nuevo. También Thoreau dice algo de esto en su Diario:
"El verdadero poema no es el que lee el público. Hay siempre un poema no impreso en papel, que coincide con la producción de este otro, estereotipado en la vida del poeta. Es aquello en lo que se ha convertido mediante su obra. La cuestión no es cómo se haya expresado la idea en la piedra, lienzo o papel, sino hasta qué punto ha tomado forma y expresión en la vida del artista. su verdadera obra no figurará en la galería de ningún príncipe."

2 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Gracias mil, AnaCó, por la referencia en un texto tan bonito,

Corina Dávalos dijo...

Más bien al revés, gracias a ti por escribir el poema.

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