sábado, 21 de junio de 2008

Solsticio

(María Perelló, Es prega silenci IV)

Tiene gracia que el verano empiece en un momento tan puntual del año. Me recuerda qué alejados andan nuestro modo racional de explicar el tiempo y nuestro modo razonable de vivirlo. ¿Cuándo ha empezado el verano? Para mis alumnos el solsticio obrará el minuto después de que entreguen su último examen. Para mí empezó con la primera imagen de una niña en bicicleta, que sonreía haciendo equilibrios con las chanclas y el bolso de piscina. No es que yo –ni nadie, creo– vaya a discutir los logros de los astrónomos. No desprecio todos los números que añaden al lado derecho de la coma, en esa cifra interminable que refleja el momento exacto en que el verano vuelve a entrar en nuestras vidas. Tampoco le pediría a nadie un consenso universal sobre la niña de la bici y su relación con el estío recién llegado. Sólo digo que aunque no sea una verdad racional, al estilo científico, es una verdad razonable al estilo humano, muy humano de quien busca referencias cercanas como marcadores de su tiempo. ¿Cuándo ha empezado el verano? No tengo ni idea.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Kuky Haindl dijo...

creo que el verano comienza cuando uno siente que llega. por eso, para la niña con chanclas, ya había llegado y por eso pudo vestirse así. recuerdo un verano en el que estrené una falda blanca, y en otro un vestido con rayas rojas: ambas prendas las compré a inicios de una fría primavera. por eso, el día que pude ponerme la falda, en el verano del 2002, y el vestido, en el verano del 2007, fueron mis puntos de referencia.
otros indicios son, además del calor, el canto de los pájaros, los frutos en los árboles y un ambiente más festivo y alegre.

Néstor dijo...

El verano te lo encuentras, de golpe, un buen día. Como en "El vino de estío" de Bradbury.

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