domingo, 4 de octubre de 2009

Patio de costumbre


Temprano, aunque domingo. Parecía que habían lustrado el cielo hasta dejarlo de un azul brillante –muy impropio para octubre. El patio de vecinos, que no suele ofrecerse al ventaneo, se volvió indiscreto esta mañana. Los gritos destemplados de la madre del 3º retumbaban y chocaban con las notas suaves y alargadas de una marimba. Tan ancestrales como los gritos, las notas primitivas se expandían con su rítmico letargo. El humo de un cigarrillo que subía lento desde la ventana del 1º, daba el toque final al pequeño teatro de la vida, de un domingo azul sobre un patio, de costumbre, gris.

3 comentarios:

Castri dijo...

He podido asomarme a la ventana y verlo y escucharlo. GE-NIAL :)

Corina Dávalos dijo...

Cuando vengas a Pamplona, y nos tomemos esa cervecita que nunca termina de llegar, ventaneamos. Abrazo!

Anónimo dijo...

Habría que completarlo con la manzana, no? Jijiji...

Familias imperfectas

  A menudo, cuando se habla de la familia, se presenta un modelo ideal. Y está muy bien manejar arquetipos, historias y ejemplos dignos de i...