martes, 8 de diciembre de 2009

The snowman

La carta de Benedicto XVI a los artistas llega hondo y lejos, como la piedra que se lanza al arroyo en calma. Y no porque este mundo ande escaso de turbulencias. Pero es lo que tiene la belleza, abre una brecha en la vorágine, y de repente, la quietud. Y no hace falta que venga en forma de espectáculo de luces, como una aurora boreal, también la belleza viene en pequeñas dosis cotidianas, de realidad y de arte. Esta misma mañana, con la banda sonora de The Snowman, una película de mi infancia, algo se sacudió en mi interior, para dar paso luego a algo más grande, más pleno. No sé qué tiene la música, me recuerda los colores, la sencillez de la animación, esa representación breve y profunda de la amistad que deja una pequeña herida... No hay palabras, fuera de la letra de la canción, Walking inthe air, y sin embargo, es un preciosa narración ilustrada. Comprobadlo vosotros. Yo no me canso de tocarla una y otra vez en el piano.

No hay comentarios:

Familias imperfectas

  A menudo, cuando se habla de la familia, se presenta un modelo ideal. Y está muy bien manejar arquetipos, historias y ejemplos dignos de i...