El cielo es hoy una nube plomiza
compacta y ancha sobre el horizonte.
Pero, recuerdo el cielo como era:
azul, besando al mar
y un sol que no deslumbra, y la brisa
llevándose la arena de la playa
como a una enamorada de la mano.
El alma también tiene sus galernas,
sus días grises y sus marejadas.
No lejos de la costa flota un ángel
que salva del naufragio a quien lo mira.
Su rostro son cien rostros, quince,uno.
El número es del todo indiferente,
su gesto pone a salvo a quien lo mira:
el ángel que sonríe a los ahogados.
viernes, 11 de junio de 2010
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