Últimamente, me fijo en las cifras de venta de libros de poesía. Sabina figura, con su libro de confesiones inconfesadas (porque confesar no es lo mismo que publicar), en los primeros números de venta. Y no tengo nada contra Sabina, más bien me da pena, porque reconozco, tanto en su música como en las letras de sus canciones, un talento inusual y una gran sensibilidad. Pero, por mucho que lo digan los románticos, el genio no hace al genio, y pocas cosas arrancan quejas tan lastimeras como la corrupción de los mejores.
Corruptio optimi péssima, pregonaban los clásicos. Porque quienes tienen el don de una sensibilidad más delicada, así como pueden volar más alto, puestos a caer más bajo, también rebasan la media. Ambivalencias del talento, que las personas no por capaces son buenas. Y de lo que obran hablan y así van labrando su estela. Y lo que es más grave, arrastrando a otros con ella hacia una belleza tan frágil como engañosa, porque le falta ser buena y verdadera.
Pero mejor lo dijo Auden, así que cedo la palabra al poeta:
Esperas, sí,
tus libros te disculparán
te salvarán del infierno:
sin embargo,
sin parecer triste,
sin parecer, de ningún modo,
tener la culpa
(no lo necesita,
pues sabe muy bien
a lo que un amante del arte
como tú le presta atención),
Dios puede reducirte
el día del Juicio Final
a lágrimas de vergüenza,
al recitar de memoria
los poemas que habrías
escrito si tu vida
hubiese sido buena.
14 comentarios:
La sociedad esta loca, se está perdiendo ella sola por momentos. Somos, los individuos independientes, la que la formamos, y nos estamos luciendo. Por ello las cifras de ventas de lo que sea ya no es un buen indicador. Señalan, mas bien, la degradación de nuestra especie.
En este blog, en el que casi nunca tengo cabida debido al alto nivel filosófico-literario-intelectualoide que se aprecia, tengo que aprovechar esta entrada pues el personaje me toca de cerca.
Afirmo que es cínico, drogadicto, pesimista, y muchos mas calificativos negativos que no señalo porque no escribo esto con ánimo de ofender.
Pero en sus canciones muestra verdades como puños (a veces se equivoca). Canta a la vida, quizá de un modo muy particular y algo teñido de negro. Pero es que no todo son pájaros y flores. Es capaz de desgranar un sentimiento, a través de una canción, con una belleza extrema.
Es un artista, y en lo suyo es muy bueno. Eso es lo que hay que juzgar. Es posible que si nos pusiéramos a analizar a esta persona en cuestión nos cargaríamos todo su arte. Y no merece la pena. Saldríamos perdiendo.
(Gacias AnaCó por la entrada. Por fin me has hecho escribir. Gracias)
Sabía que estarías tentada de escribir. Me alegra verte por aquí. En parte pensamos igual y no me meto con la persona sino precisamente con el cinismo con el que encara la cara sombría de la vida. Sólo pienso que el arte verdadero hace que brille algo más que las puras emociones o palabras. Lee nuevamente el poema, allí está la clave de lo que digo ¡Gracias a ti por comentar!
Vengo de releer el poema. Está claro que la obra de Sabina refleja que desconoce la repercusión que nuestras acciones tienen un poco más allá de esta vida terrena.
Indultémosle apelando a su ignorancia. No todo el mundo tiene la suerte que tenemos ambas.
Ya que no es verdadero arte, dejémosle al menos que brille, aunque sea con un brillo menos intenso, para a los que la vida aún no les ha sorprendido mostrándole su hermosura.
A mí Sabina hubo una época en que no me gustaba nada, luego me gustó mucho, luego dejé de escucharlo por prescripción médica, perdí el hábito, y ahora me carga un poco, menuda trayectoria. Me hace gracia y a veces es un verdadero poeta, como en la canción "y sin embargo".
De Sabina como vate dio cuenta definitiva este soneto clandestino, que circuló cuando su libro de sonetos Ciento volando catorce.
ROCK & ROLLO
De catorce haces ciento tú volando,
Baudelaire con guitarra y con palmeros.
Lo malo es que los versos van en cueros
sin coros que los vayan arropando.
No se escribe con micros ni tocando
la batería, el bajo o los panderos,
sino oyendo, en silencio, a los luceros
y con ellos la voz acompasando.
Ve con tu música a otro arte: al cante
que sabes dar, pues para ser poeta
vender miles de libros no es bastante.
Y puestos a pedir, en tu maleta
mete a algún camarada: de cantante
sería Jovellanos con trompeta.
Beades, el desaparecido en combate, escribió una entrada memorable y más misericordiosa sobre el mismo asunto.
No había leído esta entrada de E.G.Máiquez sobre Sabina-poeta. Era de esas entradas que me perdí por llegar tarde a la tertulia. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y es.
Mil gracias por la cita-enlace. Coincidir contigo siempre es una garantía y también la hay en el poema de Auden. Que sigamos.
Intersantísima esta reflexión. [Re]pensaré en ello. Pero de entrada, digo yo, en todo lo bueno (aunque sea poco o pequeño) hay algo de lo Bueno. Me gusta verlo así.
Respecto a lo que dice Carlos yo siempre tengo la duda, ¿confundimos agradable, sorprendente, original con bueno? Juan Pablo II le dedicó una encíclica al tema,la Veritatis Splendor, de modo que no pretendo zanjarlo aquí.
Aún así parece -y me alegro de que sea así- que de esta entrada, Sabina ha salido redimido por los lectores, sus vicios o presuntos vicios; rechazados y su talento como cantautor, elogiado. ¡Da gusto hablar así! Como dice Enrique, ¡que sigamos!
No es muy apropósito, pero FELIZ CUMPLEAÑOS! Qué lo cumples feliz (o hayas cumplido feliz si ya pasó....).
Al u.a. ¡por favor que se identifique! Y gracias por adelantado, hoy estamos de vísperas.
¿Cuándo ha sido, es o será tu cumple? ¡¡¡Felicidades!!!
Mañana, 18, Ro. ¡Gracias! Ya lo diré abiertamente en una entrada ad hoc siguiendo la estela de los que me preceden en estas ciber-celebraciones.
Hay tristezas y tristezas. La que me inspiran las canciones de Sabina es de ésas que te hacen un poco peor. Ojalá no tuviéramos nunca que enfrentarnos a las autodestrucciones ajenas.
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