
Has vuelto a visitar
el norte callado, a sus
días grises y al frío.
Vuelves y es febrero quien
que te muestra la ciudad
lánguida y sus rincones sombríos.
A la luz del invierno
se ve todo distinto
el puente, el crucero y
el río que fluye cansado, lento:
lanza al pasar un quejido,
es su voz como un lamento
que no alcanza el corazón
de las nubes. Ellas siguen
impasibles su camino de cielo
no les mueve los ruegos del río,
no comprenden que a
su cauce vacío, no le basta
el húmedo beso del rocío
para calmar la sed del agua.
6 comentarios:
Aprovechando que me tengo bien ganada la fama de Pepito Grillo, cri-cri-cri-critico. Me parece que tienes talento poético (lo de la vocación que lo diga Rilke) como has demostrado con haikus que no se salta un samurai. La cosa es que para los poemas largos también hay unas reglas formales (tediosas de aprender, y lentas, y no muy distintas del haiku o la soleá que dominas) que hacen que la música fluya como un río. Sólo eso le falta a este poema.
Gracias por los ánimos, el 12 de febrero empiezo un taller de poesía en la uni, lo lleva Javier de Navascués. Voy un poco escéptica, todo hay que decirlo, pero tengo ganas y el propósito firme de hacerme con esas reglas, aunque sean lentas y tediosas de aprender. Si total, dicen que la vida comienza a los 40, tengo tiempo para llegar al punto de partida con la lección bien memorizada. (el que no se consuela es porque no quiere, desde luego) Gracias por el cri, cri, cri.
No vayas escéptica. Navascués es estupendo, y un gran profesor. Me da bastante envidia, incluso.
¡Dios mío! ¡Qué rincón tan querido! Todo esto me traslada a una de las mejores épocas de mi vida (90-95). Aprovecha las lecciones del profesor. Daría lo que fuera por tener esa oportunidad.
Mi escepticismo no es por Navascués, nunca me ha dado clase, pero sé que es muy bueno. Es que nunca he ido a un taller de poesía...a ratos me da la impresión de haberme apuntado algo así como a alcohólicos anónimos, pero ya se ve que el problema es mío, doña prejuicios. Seguro que el lunes se me quitan los fantasmas. Ya contaré, e intentaré aprovecharlo todo lo que pueda, desde luego.
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