domingo, 26 de agosto de 2007

Alturas

Hoy subí un monte.

Hoy me perdí en el monte.

Sé algo más sobre la filosofía de la relación gracias a una amiga mía. Y ella sabe algo más de lo que cuesta subir un monte y bajarlo, cunado el sendero de subida y de bajada no tiene relación alguna. Ahora que lo pienso, creo que ella también aprendió algo más sobre la filosofía de la relación...

Mientras andaba perdida pensé que era divertido... era porque no sabía que estaba realmente perdida. En cuanto caí se acabó la diversión. Luego me volví a caer y la diversión empezó de nuevo.

Nada como reírse para volver a encontrar el camino.

Un domingo poco usual. En este agosto de nube y lluvia hoy he visto el sol por todos lados. Y él también me ha visto y me ha mirado. El sol mira reflejado.

Y para acabar bien he leído a la Szymborska y he encontrado un poema de domingo que no es en absoluto dominguero. Y Así me preparo para el lunes, las correciones, la maqueta del trabajo, los duendes informáticos (ojalá se queden dormidos) y la recta final de estos días mágicos.

A MI CORAZÓN EL DOMINGO

Gracias te doy, corazón mío, por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.

Tienes setenta merecimientos por minuto.

Cada una de tus sístoles

es como empujar una barca
hacia alta mar

en un viaje alrededor del mundo.


Gracias te doy, corazón mío,

porque una y otra vez

me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.

Cuidas de que no me sueñe al vuelo,

y hasta el extremo de un vuelo

para el que no se necesitan alas.

Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,

y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento
de un día laboral.

De "Mil alegrías -Un encanto-" 1967 Versión de Gerardo Beltrán

2 comentarios:

Adaldrida dijo...

qué bueno el principio de la entrada... nos vemos

Anónimo dijo...

Pues a mí me gustaría alguna vez perderme bien perdido y encontrarme, por arte de no se sabe qué magia, en un país de esos imposibles, de fantasía, que los prosaicos mapas no recogen, que aparecen en las leyendas o en los cuentos para niños. Pero me temo que entonces ese país mágico perdería su encanto, sería algo que, con una buena brújula, podría encontrar todo el mundo. ¡Se llenaría de turistas! ¡Horrible!

Dejad que los niños se acerquen a Mí

Uno de los sacerdotes que celebra la misa en la parroquia cuida especialmente la liturgia. Acompañado por el monaguillo, un chico de unos 12...