martes, 27 de noviembre de 2007

De consuetudine

La llegada de la Navidad en Navarra tiene un preludio encantador, bien conocido como el acueducto foral. Aquí los santos patronos se han organizado estupendamente para ofrecernos una tregua antes de empezar con los villancicos y turrones. El 29, San Saturnino, cae en jueves. Y el lunes 3 celebraremos a San Francisco Javier. Luego vendrá el día de la Constitución, dos días antes de la Inmaculada. Y en la universidad se celebrará, desde el 30, alargando esa gran tradición universitaria, una novena en honor de la Virgen, a la que acudirán alumnos, profesores, familias, ex alumnos, personal administrativo y todos los vecinos de Pamplona y la comarca, que van hasta la basílica improvisada en el Polideportivo de la universidad. Es ya una vieja costumbre.


A mí me gustan las buenas costumbres.Y si además son viejas, me gustan más. Tienen un especial encanto las tradiciones de los pueblos. Esos modos de hacer y de vivir probados por el tiempo, rozados por tantas vidas que nos precedieron. Hace años, se construyó un camino que que subía desde la hondonada del campus hasta la ermita de la Virgen del Amor Hermoso, bordeando una pequeña loma. Pero, como la cabra tira al monte, al monte nos llevaba la costumbre y la gente seguía transitando por un camino de tierra, pequeño y maltrecho, que llevaba a la ermita de un modo más directo. Hasta que un buen día apareció un letrero que venía a ser como una prohibición de utilizar el atajo.


Recuerdo que se corrió por el campus el rumor de que, a D. Álvaro D'Ors, eminentísimo Catedrático de Derecho Romano, le parecía una norma ilegítima, porque iba contra el derecho consuetudinario del lugar. Y recuerdo también que ese razonamiento me dio qué pensar acerca de los límites del poder, el que sea, para repartir normativas a granel, y me arrancó una sonrisa de complicidad.La costumbre también hace derecho, si no es contraria a la dignidad (¡vaya con la palabrita!).


Pensaba en esto a raíz de una noticia, ya vieja también, que leí esta mañana acerca de un proyecto de ley religiosa (o antireligiosa, quizá) que ha propuesto ERC en Cataluña. Me imagino que a quienes redactaron el anteproyecto les molesta la libertad de conciencia y de culto, o quizá, porque se estudia poca filosofía últimamente, pensarán que las conciencias pueden desdoblarse y prescindir de sus manifestaciones externas sin más problema que las molestias propias de semejante curvatura.


Yo disfrutaré viendo otra vez los ríos de gente que van por las calles de su ciudad, con cara de contento hacia Javier, a visitar la Iglesia de San Cernin (Saturnino en vasco) o hacia el polideportivo de la universidad (o a tantas parroquias) a honrar a la Virgen -y a mucha honra.

Incluso invitaría a los redactores del anteproyecto de ley en Cataluña a ver lo bien que ha quedado el camino asfaltado que va hasta la ermita del campus, siguiendo justamente el antiguo recorrido, que alguien en su momento pensó erradicar. No sé en qué estado se encuentra el proceso de la dichosa ley. Me gustaría que los medios dijesen algo, porque atañe a los principios constitucionales mucho más de cerca que el carné por puntos y las infracciones de tráfico. En todo caso. Se acercan las fiestas. Y yo pienso celebrarlas todas. En la calle. También la Constitución...que coincide con la fundación española de mi ciudad: San Francisco de Quito.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué oportuna la metáfora del camino de la ermita para hablar del desatino trasnochado de ERC. Me encanta, sobre todo después de haber transitado ese camino recientemente. Esta época del año es la que más nostalgia me despierta de Pamplona. Me alegró mucho verte.

Corina Dávalos dijo...

Y a mí me alegró verte también. Y creo que se alegró mucha gente por lo que pude ver, creo que Pamplona también tiene nostalgia de Cristina.

Anónimo dijo...

Buaaahh! No tanto como el día en que se marche Anacó. Me ha dicho un pajarito que ir contigo por el campus es un peligro. Ja, ja.

Ayer me mosqueé porque alguien aseguró que me pasé todo el congreso de relaciones públicas. Envidia cochina. Con lo femenina que es esa capacidad de atender a varias cosas a un tiempo...

Corina Dávalos dijo...

Pues me parece fatal que diga que es un peligro, porque justo recojo pajaritos por el campus...
¡Hay que ver! lo peor es que no sé por qué es un peligro ir conmigo por el campus, si soy inofensiva.

Anónimo dijo...

Por eso, porque lo mismo te paras a recoger pajaritos que a saludar a toda la comunidad universitaria. :-)

Anónimo dijo...

Ejem, ejem... ;)

Adaldrida dijo...

algún día me verás en la Novena...

Anónimo dijo...

ayyy...pamplona y sus puentes forales...q nostalgia! talvez alguna vez nos topamos x ahi.
saludos desde el fin del mundo

Anónimo dijo...

¿Estamos en Adviento o en Cuaresma? Lo digo por el ayuno... ¡Te echamos de menos!

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