Creaciones II

Avigdor Arikha
Peras, 18 de septiembre de 1974
Óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm
Colección privada, Nueva York

A veces pasa. Toda la belleza de las cosas se esconde bajo la apariencia de sí mismas. Las cosas esconden a las cosas. Hace falta una mirada que las tome, una por una, las mire y las revista de la belleza que les es propia. Mirar es apropiarse. Y las cosas se dejan. Se despojan, dejándose mirar. Los artistas, los verdaderos artistas, saben mirar. Primero miran. Se empapan, se embeben, se dejan ungir por una belleza que parece venir desde fuera. Y cuando la muestran, hecha canción, poema, pintura...nos devuelven la belleza de las cosas, ungidas por la belleza de su propia mirada. Sólo mira bien quien ama.

¿Por qué retratar un cúmulo de frutos imperfectos? ¿Qué hay en su color o su textura que merezca tanta atención?...

Milagros de siembra. Tallos que verdean. Mañanas de rocío. Noches escarchadas de estrellas. Flores sacrificadas. Manos que moldean un barro que las contenga. Gotas dulces que caen del peral, mientras juegan los pajarillos a picotear a su capricho, sobre su curvada silueta. Casi nada. Un fruto imperfecto. La sombra, de la sombra de una pera. Pero, no me digas que así mirada, no cautiva su belleza...