Los días han volado como el polvo
que quise sacudir de mis zapatos.
La lluvia forma un barro impenetrable
avanzo paso a paso y no distingo
las huellas de otros pies en el sendero.
La luz se vuelve tenue y no atardece,
apenas reconozco ya mis manos.
--under construction--
martes, 24 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cocinando
Hoy he querido caramelizar unas nueces y se han quemado. Cada vez me gusta más la cocina, sobre todo porque allí no hay engaño posible. Cada...
-
A menudo, cuando se habla de la familia, se presenta un modelo ideal. Y está muy bien manejar arquetipos, historias y ejemplos dignos de i...
-
A las 10.55 de la mañana salí de mi despacho. Ese despacho de ventanales amplios de los que hablaba el otro día , cuando no imaginaba el asp...
-
De pequeña pensaba que sólo se podía escribir un libro si se sabía de antemano la historia que se desgranaría en cada una de sus páginas. Y...
2 comentarios:
Precioso, Corina. Qué buenas imágenes de la ceguera (paradójico, ¿verdad?). Enhorabuena.
Muchas gracias por los ánimos y por sacar la paradoja. ¡Saludos!
Publicar un comentario