jueves, 8 de abril de 2010

El Principito



Tengo un pijama nuevo del Principito. Me lo regaló una amiga a la que adoro, y con eso bastaría para que mi pijama fuese único. Es talla L. La dependienta le recomendó que lo comprara grande porque el tallaje viene apretadito. Por lo visto a los modistos no les basta con estrangular a las ex–damas solamente cuando van de calle (y más de noche que de día), sino que ahora el estrangulamiento se extiende a las ropas de cama (que ya es inquina) cuando es evidente que el sentido común reclama hacerlas amplias, como se hacen las sábanas.
Yo miro mi pijama y ya con eso me basta para ser dichosa, porque ¡hay que ver lo que cabe en estas cuatro telas! En él se juntan muchas cosas: tengo un pijama fresco, de abolengo, discreto en sus colores –¡literario!– y además, profundamente humano.

Contiene la luna, las estrellas, los planetas -cosa que se agradece en esta latitudes, porque las nubes del norte pocas veces conceden ver los cielos despejados-. Mi padre se sentirá también contento con el regalo, porque donde está el Principito está su rosa. Y de las rosas vive, come, duerme, estudia y se divierte mi familia desde hace más de 25 años.

Y tengo aquí montañas y flores y un pequeño amigo con gesto soñador, que me recuerda mucho a quien me hizo este regalo. Sólo echo en falta al zorro que no aparece por aquí, ni salvaje, ni amansado. Pero eso tiene arreglo fácil: desde ahora, el zorro seré yo. Por las mañanas, cuando suene el despertador, seré seguramente un zorro esquivo, asalvajado. Y por las noches, cuando llegue hasta mi cama pidiendo tregua, seré el zorro del Principito, domesticado.

5 comentarios:

Kuky Haindl dijo...

noooo! que maravilla! yo quiero uno! me encanra el Principito, lo he leído como 0cho veces!
totalmente de acuerdo que para dormir la ropa debe ser suelta, lo más cómodo posible. Además, la ropa muy ajustada no hace bien para la piel,no se ve elegante y sólo a una minoría escuálida le sienta bien.
Saludos desde un Santiago otoñal a una Pamplona primaveral

batiscafo dijo...

Jopé, qué fuerte, yo también tengo el Principito, pero sólo la parte de arriba. La compré en Oysho y la uso de camiseta, no de pijama. Ah, y una camiseta de la rana Gustavo. Han sido dos de mis adquisiciones primaverales. Me siento superrealizada.

batiscafo dijo...

Por cierto, estás en un error. El zorro sí que está: en la camiseta. A ver si descubres dónde.

Corina Dávalos dijo...

¡Qué coincidencia, Cris! Pues yo no encuentro al zorro por ninguna parte...

Kuky,qué tal por allí? Espero que todo se vaya normalizando. Que el otoño se lleve las hojas de los árboles y las páginas dolorosas de los últimos meses, saldréis adelante con seguridad, Chile es fuerte! Un abrazo!

batiscafo dijo...

Por detrás, en la etiqueta, en blanco y negro y muy pequeñito.

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