lunes, 6 de junio de 2011

Por no hacer mudanza en su costumbre...

He cambiado de ciudad, de trabajo y hasta yo misma me encuentro distinta y cambiada. Incluso he pensado cerrar las ráfagas y crear un nuevo espacio -borra y va de nuevo- para escribir. La experiencia me ha enseñado que el cambio es siempre continuidad, (y no soy reaccionaria) por mucho que nos empeñemos en inaugurar la vida. Comienzo sólo hay uno. Lo demás son vericuetos y peripecias en la trama, algunos tan desconcertantes que parecerían un comienzo nuevo. Creo que sólo hay un espacio de re-creación, tan delicado y misterioso que pasa desapercibido a los ojos que ven y al corazón que siente. Sólo cuando el suave dedo de Dios toca el alma (ego te absolvo) para perdonar hay una novedad real. Curioso. Lo más real es lo menos tangible. Todo un reto para este tiempo que se queda en dos dimensiones con frecuencia: lo material y lo virtual. Y sin embargo... lo más real, lo único importante, ya lo dijo Saint Exupery, sólo se ve con el corazón, cum fide.
Llueve con fuerza. ¿Quién dijo que el norte era lluvioso? Madrid es un continuo lagrimeo. Al menos así me parece que no he dejado el norte. Que no lo he perdido.

sábado, 28 de mayo de 2011

Mucho metro

Hace unos meses, cuando imaginaba cómo sería la vida en Madrid, me entraba un escalofrío. Acostumbrada a la buena vida de provincia, eso de andar metida no sé cuántas horas a la semana en el metro, hacía que se me pusieran los pelos como escarpias. Poco a poco he ido cambiando de opinión. Las distancias cortas tienen sus ventajas, sin duda, pero las grandes distancias también. ¡En el metro se puede leer! Y tengo una lista enorme de lecturas que me acompañarán en mis viajes. Algo ligerito para el verano, combinado con algo de peso para evitar que termine en ligereza. Desde hace tiempo tengo pendiente a Séneca. Empezaré con él dentro de poco. Todo por estas citas (entre otras). Así cualquiera engancha...

"La amistad no es, como decía Epicuro, tener quien te asista en la enfermedad, quien te socorra en la prisión o en la escasez, sino tener a quien asistir en la enfermedad, a quien procurar la libertad cuando se vea rodeado de enemigos... ¿Por qué hacer amigos? A fin de tener por quien morir, de tener a alguien a quien seguir en el exilio, a quien salvar la vida a expensas de la nuestra.”

"Sólo la pobreza te conservará los amigos verdaderos y seguros. (...) Alejará a aquellos que acudían a ti por otra cosa que por ti mismo.”


martes, 24 de mayo de 2011

Autoplagio

Dentro de un par de semanas dejaré mi tesis en manos de un tribunal para que la examine. Ahora me encuentro en una faceta más molesta, la del autoexamen. Mi director de tesis suele decirme que yo soy mi peor enemiga y que nadie tratará mis textos con más dureza que yo misma. Al releer lo que escribí hace tres años tengo la extraña sensación de estar leyendo un trabajo ajeno. La beca del Gobierno de Navarra no es tan suculenta como para contratar a un "negro" y, la verdad, la tranquilidad de dormir por las noches con la conciencia en paz no tiene precio (que se lo pregunten a Von Guttenberg).

Sin embargo, todo lo que ahora leo lo escribió la que era entonces y de la que ahora no conservo demasiados recuerdos. Es curioso que esto lo haya escrito yo. Si, por hacerme la broma, mis amigas la encuadernaran bajo otro nombre y título, la leería pensando a cada paso: qué gracia, en mi tesis yo también escribí sobre esto...

martes, 17 de mayo de 2011

Reseña

Esmirna ha publicado en su blog (gracias Juan y Pablo) una reseña de la presentación de mi libro en Madrid. También mi agradecimiento a Rocío por su texto.

sábado, 23 de abril de 2011

Desempolvar los baúles

Hace tiempo que no escribo nada que no tenga que ver con mi tesis. Tesón y tesis deben venir de la misma familia léxica, y el tedio será un primo lejano que frecuenta el trato con la familia, seguro. Echo en falta la poesía. Quisiera escribir un poema, o al menos leerlo saboreando, lentamente sus versos. Los poemas que leo, a toda prisa, son como una aspirina efervescente, un analgésico rápido. Creo que necesito un tratamiento más detenido. He encontrado un soneto que escribí hace unos cuantos meses. Hoy lo releeo y lo entiendo de otra manera, quizá porque es Sábado Santo, el día de la espera por excelencia, el día más largo del año. Quizá por eso, o por algo más.

Tu tiempo el tiempo que te ha sido dado
el mínimo minuto, el largo año
que cuentas como el oro del tacaño
se fuga hacia un final desdibujado.

Se escapa tu destino sopesado,
no logras detenerte en el peldaño
feliz de aquellas horas, el engaño
de tu memoria se ancla en el pasado,

pero las horas mueren sin excusa
y la ilusión se aleja y la inconclusa
historia de tu vida se resbala

por la pendiente oscura de la tarde.
El tiempo que te hiere es una bala
de fuego que se apaga mientras arde.

jueves, 21 de abril de 2011

Quiasmo

Curioso. Este año, el cielo despejado de Navarra sonríe, mientras llora el de Sevilla. Yo escucho marchas de Semana Santa mientras procuro seguir escribiendo una tesis sobre la narración de la propia vida. La Amargura es mi banda sonora de Jueves Santo. Estoy donde no querría y quiero estar donde no estoy. La Poética de Aristóteles me consuela, recordándome que la unidad de una narración está llena de discordancias. Y el Jueves Santo me recuerda cuál debería ser siempre el norte y el sentido de mi pequeña historia personal. También a pesar de que no discurra en los lugares añorados, ni tenga alrededor a los personajes más importantes de una trama compartida. A pesar de tanta peripecia, de tanta discordancia, todo se lee desde el final. Y lo definitivo es el Domingo. La Pascua. No sin antes haber pasado por la amargura de la Pasión, pero siempre como un lugar de paso, no como el final trágico del fracaso, sino como promesa del estallido de plenitud.

martes, 12 de abril de 2011

Final

Las máximas que dejan caer, como miguitas de caridad, mis amigos y conocidos por si me ayudan a pasar mis semanas de pasión con el final de la tesis.

Las tesis no se acaban, se dejan.

¿Cuánto te queda?, ¿dos subepígrafes? ¡Pues acaba esta misma tarde!

La filosofía es una actividad masculina, no se puede abstraer tanto sin perder algo de feminidad.

Acaba ya, total, nadie se lo va a leer.

Hay que acabar las cosas con primor. Eso no quiere decir que hay que hacerlo despacio, sino poniendo los cinco sentidos.

En cuanto termines vamos a hacer una barbacoa para celebrar. No hace falta carbón, trae un par de ejemplares y verás qué gusto tendrá el asado.

Depreseta i bé.

Ráfagas

Risa burlona: la envidia disfrazada de comediante.

martes, 29 de marzo de 2011

Otra presentación de Memoria del Paraíso, pero en Madrid

El sábado 2 de abril habrá una presentación de Memoria del Paraíso en Madrid. La invitación se la tengo que agradecer a Juan Meseguer y al grupo Esmirna. También estoy muy agradecida a Rocío Arana, que hará la presentación del libro. Y por supuesto a todos los que queráis asistir.


sábado, 26 de marzo de 2011

Los dragones de Joffé

Joffé no defrauda. Encontrarás dragones, su última película, vuelve a plasmar algo que se encuentra desde hace tiempo en este director inglés. Joffé tiene una sensibilidad especial para captar las historias que sacan a flote las verdades humanas, como la necesidad del perdón. No es la primera vez que Joffé dirige una película que tiene la guerra como telón de fondo. Su mirada va más allá del juicio sobre los bandos enfrentados, sobre ideologías o colores políticos. Su mirada se dirige al corazón del hombre, que como él mismo señala, es el lugar donde se libran las grandes batallas entre el odio y el amor, la venganza y el perdón. Esas son las historias que le interesan a Joffé y que sabe contar con honradez, buen ritmo y mucho arte.

Los gritos del silencio tiene como protagonista la amistad entre dos hombres de gran valía, los periodistas Dith Pran y Sydney Schanberg, ambos corresponsales para el New York Times durante la guerra de Camboya. Está basada en una historia real, como sucede, en parte, con Josemaría Escrivá y Manolo Torres en Encontrarás Dragones.

En una ocasión hablaba Joffé sobre Los gritos del silencio, refiriéndose a una escena de la película en la que la arbitrariedad de la guerra quedaba retratada con especial intensidad. Una escena en la que Dith Pran consigue, contra todo pronóstico, disuadir a un grupo de revolucionarios de no matar a varios periodistas amigos suyos:


La vida es un gran juego de azar, en el que no sabemos, por muy listos que seamos, qué pasará a continuación. La vida es un juego de azar que requiere todas las respuestas heroicas que tengamos. Todas las respuestas valientes que tengamos para resistir.

La guerra es caos y desorden, en todos los sentidos, y en todos los bandos, ha habido hombres y mujeres que se han hecho recordar por esas respuestas heroicas. Es el caso de Josemaría Escrivá, y tantos otros anónimos, que supieron frenar el caos y la deshumanización de la guerra, aferrándose a la certeza de que en cada hombre hay algo sagrado, inviolable, que se debe defender siempre, sea del bando que sea. No se trata de bandos. No de bandos políticos.

No se puede decir que haya exactamente un paralelismo entre las dos películas de Joffé. En Los gritos del silencio, los dos protagonistas crecen con las dificultades que se les presentan, dentro y fuera de la guerra. Encontrarás dragones tiene dos personalidades que se desarrollan de un modo totalmente distinto en la historia: mientras el uno crece, el otro se diluye. Y no por falsas posturas hagiográficas, sino por algo mucho menos tendencioso: el odio deshace el corazón, mientras que el amor lo hace grande y fuerte. Esa es la verdad que Joffé quiere mostrar. Quizá por eso, al menos en mi opinión, el peso de los dos personajes –Josemaría y Manolo- queda un poco desequilibrado en la película. Dudo que sea algo que se le ha escapado al director, sino algo que nos quiere decir intencionalmente: elegir el bien nos define y nos solidifica, mientras que lo contrario nos desdibuja.

Tal vez, si el personaje se llamara Pepe González y no Josemaría Escrivá, habría menos ruido ideológico en las críticas hacia la película. Yo me quedo con lo que quería reflejar Joffé: hay algo profundamente humano en el mensaje cristiano de la reconciliación.

Algo profundamente humano, esas verdades en las que coincidimos y asentimos todos, creyentes y no creyentes, de derechas o izquierdas. La película es una buena muestra del mejor cine de Roland Joffé. Humano, nunca demasiado humano.


Dejo algunos enlaces interesantes sobre la película:

Encontrarás dragones (web oficial)

El semanal digital

Melchor Miralles

Entrevista a Roland Joffé (I)

Entrevista a Roland Joffé (II)


martes, 15 de marzo de 2011

Dos entrevistas

He pasado de entrevistadora a entrevistada. Vueltas que da la vida. Ahora puedo ponerme en los zapatos de los que están al otro lado. Los papeles cambian continuamente. ¡Este gran teatro del mundo!

sábado, 5 de marzo de 2011

Poética

Voy a recordar las obras de Dios y a contar lo que he visto: por la palabra de Dios son creadas y de su voluntad reciben su tarea. El sol sale mostrándose a todos, la gloria del Señor se refleja en todas sus obras. Aun los santos de Dios no bastaron para contar las maravillas del Señor. (...) Sondea el abismo y el corazón, penetra todas sus tramas, declara el pasado y el futuro y revela los misterios escondidos. No se le oculta ningún pensamiento ni se le escapa palabra alguna. (...) ¡Qué amables son todas sus obras!; y eso que no vemos más que una chispa. (...) Todas difieren unas de otras, y no ha hecho ninguna inútil. Una excede a otra en belleza: ¿quién se saciará de contemplar su hermosura?

miércoles, 2 de marzo de 2011

Leía ayer la Correspondencia de Tolstói (Acantilado, 2008). Me hizo gracia un comentario que le hace a su hermano acerca de su inesperada madurez (todavía le quedaba un trecho), y cómo describe el cambio.
(...) te diré que la vida peterburguesa ejerce una influencia grande y benéfica en mí, me enseña a estar activo y de alguna manera me obliga a tener un horario; no puede uno estar sin hacer nada; todo el mundo tiene ocupaciones; tiene cosas que hacer y no hay con quien llevar una vida bohemia, y solo es imposible. Sé que no vas a creer que he cambiado y que me vas a decir: "me lo has dicho veinte veces y el resultado no se ve, no has cambiado ni un ápice". Pero, no. Ahora he cambiado de manera totalmente distinta a como cambiaba antes. Antes me decía: "Debo cambiar", pero ahora veo que he cambiado y me digo: "He cambiado".

martes, 22 de febrero de 2011

Missing

Tengo que pedir disculpas a mis lectores (¡todavía los hay!) que al venir aquí se han encontrado con la puerta cerrada. Abandoné el blog como se deja una casa de verano, con las persianas cerradas y la tranca puesta. Lo que pasa es que cuando uno deja la casa de veraneo, las visitas enseguida piensan, ¡vaya!, se ha ido. Ya vendrá algún fin de semana, o el próximo verano.

En el cuarto de estar de mi blog no hay persianas, no hay verano, ni cartelito que anuncie: "vuelvo dentro de un mes". Y las visitas pensaban que se había vuelto un blog exclusivo para invitados particulares. Si sirve de algo, la culpa no es mía sino de mi inquilino, Blogger, que no da pie a muchas explicaciones. Vuelvo, pero para volver a irme, y volver, y así; como quien tiene casa de verano.

La tesis a punto de concluir, un máster de comunicación en marcha, presentaciones de Memoria del Paraíso. Y la vida misma, que de pronto se vuelve laboriosa (más, quiero decir).
Aunque no pase mucho tiempo por aquí, lo de siempre: gracias por venir, está en su casa.

martes, 18 de enero de 2011

18-01-2011

Empiezo el día como un palillo de algodón de azúcar: doy vueltas y más vueltas, para enroscar la niebla.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La Sagrada Familia



A propósito del viaje del Papa y la consagración de la Basílica de la Sagrada Familia, merece la pena releer el artículo que le dedicó Nuestro Tiempo al templo del genial Gaudí. Aquí lo dejo.

Involución gramatical

Empezamos bien con la búsqueda del justísimo "a cada uno lo suyo"; y por desgaste de la lengua, entre otros lugares del alma, acabamos con el "cada uno a lo suyo". Y así nos va.

Las cartas

         Las cartas piden y permiten una pausa. ¡Qué delicia era escribirlas y recibirlas! La primera vez que salí de casa, fui a dar a un p...